• sábado 12 de abril de 2025 - 9:55 AM

Los beneficios de la prudencia

No es lo mismo estar frente a los periodistas todos los jueves que lidiar con los mensajeros de Trump

Ayer, varias personas me arrinconaron por lo que escribí. Decía que en las negociaciones con los gringos había que ser muy prudente y tener la cabeza fría. Para mí son seres incendiarios que, sin importar las consecuencias, dicen lo que piensan sin filtro y salen a manifestarse de forma violenta.

No sé cómo pasará a la historia mi paisano José Raúl Mulino... el tiempo y los hechos se encargarán. A él solo le aconsejo que se rodee de gente sabia, experimentada y que administre bien las emociones.

No es lo mismo estar frente a los periodistas todos los jueves que lidiar con los mensajeros de Trump quienes llegan con propósitos claros. Hoy, quiero hablar de esa palabra prudencia. Hay quienes por falta de ella cometen las locuras más grandes. Después de los acontecimientos vendrán las lamentaciones y el crujir de dientes. Por falta de prudencia se dan los accidentes, los crímenes, las golpizas y hay varias personas que están en una silla de ruedas, otras en la cárcel o enterradas por falta de ella.

¿Qué conseguimos con la prudencia? Permite evaluar los riesgos y las posibles consecuencias de las acciones antes de actuar, lo que lleva a decisiones más acertadas y convenientes. Ayuda a evitar decisiones precipitadas o caprichosas, basadas en emociones del momento.

Fomenta la deliberación y el análisis de la situación antes de tomar una determinación. Orienta hacia un comportamiento adecuado en diversas circunstancias, considerando el impacto en uno mismo y en los demás. Promueve actuar con mayor atención y reflexión en las situaciones cotidianas.

Reduce la probabilidad de cometer equivocaciones por falta de consideración o análisis. Impulsa a ser precavido y a tener atención en lo que se dice y se hace. Ayuda a evitar excesos que puedan ser perjudiciales.

La prudencia facilita saber cuándo hablar y cuándo callar, utilizando las palabras para construir y sanar en el momento preciso. Reduce la probabilidad de generar situaciones tensas o dañinas con los demás. Fomenta la consideración por la vida y la libertad de los demás.

Ayuda a comprender el impacto de las propias acciones en los sentimientos de los otros. Facilita la construcción de relaciones positivas. ¡Y pudiéramos continuar hablando de los beneficios de la prudencia! ¿De qué sirve la inocencia en un accidente de tránsito cuando lo podías evitar con la prudencia?

A pesar de no tener culpa tendrás que bajar escaleras en juzgados de tránsito y afrontar otras consecuencias. La falta de prudencia te llevó a ese escenario crítico. Hoy los incendiarios no paran de hablar y de comentar. Quieren mas posiciones enérgicas del presidente. ¿Será que tienen razón? Dios nos bendiga a todos.