• domingo 13 de abril de 2025 - 12:00 AM

Certeza del castigo

Toda previsión es poca cuando la integridad está en juego y es que, de solo pensar en el daño que algunos desalmados provocan a menores de edad, pecamos al asumir actitudes iracundas y cuestionar a la justicia terrenal que resulta, en ciertos casos, insuficiente; sin embargo, dejando de lado aquel sentimiento válido, nos sumamos a las voces que claman por certeza del castigo.

En los últimos días, las noticias retumban en oídos y corazones. Niños y niñas perdidos, cuyos rostros aparecen en pantallas, como recurso desesperado para dar con su paradero mientras se debate en el parlamento, modificaciones a la Ley que creó la alerta Amber, que permitiría mayor diligencia para su búsqueda y que, como dicen los juristas, “no se criminalice” el hecho, haciendo más tardío el esfuerzo por encontrarlos.

Dios permita que casos como estos sean cada vez menos, mejor aún, no existan. Sin embargo, ante la recurrencia, todos debemos priorizar el bienestar de nuestros niños y niñas, acelerando procesos y activando notificaciones sin cortapisas ni condicionamientos económicos.

Ni hablar de aquel hecho aberrante donde las autoridades ubican a más de una veintena de niños y niños, con moretones en brazos y piernas, víctimas de prácticas malsanas por parte de inescrupulosos, amparados en “sectas religiosas, en una comunidad de la comarca Ngäbe Buglé. Las investigaciones continúan más insistimos en que el castigo debe ser ejemplar.

Nuestros niños y niñas son presente y futuro. Actuemos con amor, coherencia y responsabilidad como comunidad activa denunciando y no siendo cómplices para garantizarles bienestar.