• viernes 06 de mayo de 2011 - 12:00 AM

Ayú: ¿sirve o no sirve?

Parece que no hay forma de parar la caricaturesca vida política e institucional de la nación panameña.

Parece que no hay forma de parar la caricaturesca vida política e institucional de la nación panameña.

El viernes pasado, víspera de un fin de semana festivo y largo, lo que para cualquier mente aguda fue cálculo, el juez del caso, sobresee definitivamente al ex presidente Pérez Balladares y a sus allegados, de un caso por blanqueo de capitales. Este proceso fue instruido por el actual procurador cuando era fiscal contra el Crimen Organizado. Lo menos que podíamos esperar era que, un funcionario que calificó para ser Procurador General de la Nación, hubiera dejado un caso sólido, que lograría condena, sobre todo porque había logrado medida cautelar contra el ex presidente y otros. Y, como procurador ahora, y yendo el caso a audiencia preliminar, por su prestigio personal, iba a reforzar el equipo acusador, para cerrar toda oportunidad a lo que ocurrió.

Así las cosas, nos tenemos que hacer la pregunta del título de este escrito: ¿Este procurador tiene o no los quilates para serlo? Si los tuviera, debería arremeter con todas sus capacidades para evitar que este caso se caiga como parece que se está cayendo, y en la apelación, lograr cubrir las fallas en las que incurrieron y revertir la corriente. Si realmente falló, debe presentar su renuncia por vergüenza, porque en un caso de este perfil no puede permitir que como fiscal y ahora como procurador, le falle al pueblo.

La disyuntiva es escueta: o renuncia por incompetente o da la batalla para que se haga justicia. Pero lo que no puede ocurrir es que no haga nada.

La ex procuradora, en sus revelaciones, desde que dijo que el presidente Martinelli le planteó -como un reto- si se atrevía a encarcelar a un presidente y después cuando dijo que había entendido el mensaje y a renglón seguido le dan medida cautelar al ex presidente encausado, hizo que muchos ataran cabos. Ahora refiere que, durante la instrucción del sumario, se evidenciaba que el caso no era sustentable, por lo que la re movieron, nos preguntamos, por qué la Fiscalía, ya con ella defenestrada y con Ayú Prado a la cabeza, solicita llamamiento a juicio? Incompetencia, persecución política o irrespeto al pueblo que ha asistido a una tragicomedia.

La justicia sigue siendo una quimera en Panamá, donde la democracia languidece producto de una clase política que, unos por acción autocrática y otros por omisión, han timado al pueblo.

EL AUTOR FUE PRECANDIDATO PRESIDENCIAL

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