Nunca de primeros

Del imaginario Mientras en otros países los asistentes a eventos tratan de conseguir puestos y sentarse lo más adelante posible aquí en nuestro país ocurre todo lo contrario. Realmente no lo entiendo; generalmente son los puestos de adelante los que dan la posibilidad de más beneficios pues, dependiendo del caso, entregan muestras de productos y hasta regalos de los organizadores. Pero mejor aún, adelante uno no se distrae con los que llegan tarde ‘y saludando', así que para prestar atención es mejor colocarse en las primeras filas.

Por mis trabajos y aficiones me toca organizar muchos eventos y esa es mi lucha con el público; los puestos vacíos en el frente salen mal en las fotos y me mortifica que el orador sienta que es por falta de respeto hacia su persona o el espectáculo que se va a presentar.

¿Por qué sucede esto? Ni idea, pero es demasiado común. Observando y sacando mis propias conclusiones creo que podría deberse a dos factores: 1- algún grado de inseguridad personal, es decir pena o 2- total desinterés por el tema a tratar. El asunto es tan notorio que, en mis eventos, he tenido que implementar dinámicas con premios para estimular a los asistentes a ocupar los asientos delanteros.

Hay algunas excepciones válidas como los que van acompañados con niños pues suelen abandonar el salón varias veces para atender alguna necesidad de los chiquitines; o las personas que saben que tendrán que retirarse temprano y no quieren incomodar al resto cuando se van, pero esos son, como escribí líneas arriba, excepciones.

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