APROVECHADOS

Si las palabras suerte y oportunidad fueran personas de seguro que tendrían el rostro de Michael Cheng y Tina Lam, pareja que se hizo acreedora de las áreas comunales de un barrio de San Francisco, EE.UU. por la suma de $90 mil.

Aunque por ser área pública, no pueden vender el terreno la pareja planea sacarle ganancia a su inversión cobrando alquiler de los estacionamientos.

El territorio comunal, esta ubicado en un residencial de suntuosas casas avaluadas en $5.1 millones llamdo Presidio Terrace, de San Francisco.

La historia de suerte inició cuando la asociación de propietarios de ese lujoso barrio dejó de pagar los $14 mensuales en concepto de impuesto y la cuenta fue creciendo.

La primera factura que se emitió desde 1980 hasta 30 años después sin recibir pago alguno.

Fue así como la deuda acumulada alcanzó $994 y al ver que nadie respondía a las solicitudes de pago, en 2015 el condado decidió poner las calles cerradas, las aceras y los jardines de Presidio Terrace en subasta, sin avisarle a ninguno de sus habitantes.

Los mejores postores, fueron Cheng, nacido en Taiwán y, Lam originaria de Hong Kong, al ofertar $90,000 por ese particular compendio de tierras, sin siquiera ir a verlas.

Los dueños de las 38 casas solo se enteraron que ya no eran dueños de sus aceras, de sus 120 espacios para parquear sus carros y de las palmeras de sus jardines hasta este pasado mes de mayo cuando recibieron una carta de la pareja ofreciéndoles si querían recomprar estas tierras. De lo contrario ellos empezarían a rentárselas a otros vecinos o interesados.

‘Nadie se enteró de la subasta, ni de la pérdida de esos terrenos', replicaron molestos los propietarios.

Los vecinos intentaron echar abajo la venta de sus propiedades, acciones que ya resultaron muy tardías después de dos años de vendidas.

A las quejas de estos vecinos, Amanda Fried, mánager de la oficina de recolección de impuestos de la ciudad, contestó contundente: ‘99% de los dueños de casas en San Francisco saben qué tienen que hacer y pagan sus impuestos a tiempo'.

Mientras litigios van y vienen Lam y Cheng confiesan que ellos lo único que querían era tener algo de tierra en San Francisco y eso fue lo único que pudieron comprar. Todo parece, sin embargo, que esos 90,000 dólares van a darles mucho ‘chen chen'.