• sábado 10 de mayo de 2025 - 12:00 AM

Vuelve el gatopardismo

Definitivamente que con los gatopardistas hay que ser, además de repetitivos, didácticos por más que no quieran o no les convenga a sus intereses politiqueros, entender. Ahora resulta que reaparecen para proponer nuevos parches a la Constitución militarista, apadrinados por los trepadores politiqueros que apenas asoman.

Al decidir, por sí y ante sí, que la vía reformista a través del 314 y su espejismo de la paralela, continúan con su práctica del “apartheid político” y excluyen al sujeto principal del poder constituyente, que es el pueblo. Su metodología reformista nace antinacional, antidemocrática y por ende, antipopular. Lo que quieren es desviar e impedir la alfabetización constitucional y un proceso constituyente originario. Les deseamos “buen salto” en su miopía política y me permito presentar, nuevamente y en forma muy escueta, algunos argumentos a favor de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.

1. Las características de la sociedad internacional y de la sociedad panameña son completamente diferentes a las existentes hace casi 53 años.

2. La estructura político-administrativa de la organización pública del Estado panameño no corresponde a nuestra realidad y ya no satisface las necesidades colectivas.

3. La tendencia continental ha sido la de modernizar y superar el papel del Estado.

4. La actual Constitución militarista de 1972, con todo y sus reformas, no interpreta ni expresa la realidad económica, política y social que vive la nación panameña.

5. Los panameños cada vez más sienten menos respeto por la Administración Pública, por el Estado, por sus Órganos y por sus leyes, por su falta de programas.

Día a día “la dignidad de la persona y los derechos inviolables que le son inherentes descansan en convicciones fundamentales que cuadran esencialmente con la conciencia social y el sentimiento jurídico constitucional” (Lucas Verdú -El sentimiento Constitucional. pág 201).

En Panamá nos hemos alejado y demasiado de esa relación, que solo el poder constituyente originario a través de una Asamblea Nacional Constituyente contribuiría a establecer. Seamos pues, muy vigilantes ante los gatopardistas, que solo dicen querer el cambio pero para que nada cambie.

Su metodología reformista nace antinacional, antidemocrática y por ende, antipopular.