- lunes 23 de junio de 2025 - 12:00 AM
La tensión se ha vuelto parte del aire que se respira en Bocas del Toro. El miedo, la incertidumbre y la desesperación envuelven a sus residentes, que continúan enfrentando días oscuros e inciertos desde el pasado mes de abril. A pesar del estado de urgencia decretado el viernes pasado, los enfrentamientos entre manifestantes y unidades policiales no han cesado.
Los residentes intentan sobrevivir en medio del colapso: sin electricidad, con vías bloqueadas, rodeados de actos vandálicos contra empresas privadas e instituciones públicas, enfrentando la escasez de alimentos e insumos, y con la suspensión de becas, pagos a jubilados, programas de ayuda social y agroferias.
En Changuinola, por ejemplo, algunos residentes salieron a limpiar con sus propias manos los escombros y destrozos causados por los disturbios.
En medio del caos, la Operación Omega, desplegada desde el 14 de junio para reabrir las vías, ha logrado la aprehensión de 192 personas. Solo en Changuinola, 90 presuntos miembros de pandillas han sido capturados; el resto, en los distritos de Almirante y Chiriquí Grande.
En medio de esta crisis, monseñor José Domingo Ulloa reiteró un “llamado a la sensatez y al diálogo responsable”.
Mientras tanto, el sistema de salud lucha por mantenerse en pie. El Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social (CSS) han activado operativos especiales para llevar ayuda a las zonas afectadas.
Más de 1,500 libras de medicamentos e insumos médicos del Minsa están siendo transportados vía aérea hacia las zonas más críticas.
Por su parte, la CSS activó un plan de emergencia que contempla el traslado de insumos médicos y personal sanitario por vía aérea y marítima.
Medicamentos vitales para tratamientos de hemodiálisis y diálisis peritoneal se trasladan desde David hasta Isla Colón y, desde allí, por vía marítima, hacia el hospital de Changuinola.
Como parte del plan de contingencia, según la CSS, también se organizó el envío terrestre de un furgón cargado de medicamentos e insumos médicos desde la ciudad de Panamá, utilizando el corredor fronterizo con Costa Rica como ruta alterna ante los bloqueos internos.