Historia de las relaciones de Panamá con los EE.UU: los filibusteros, Centroamérica y Panamá (Parte I)
- domingo 27 de julio de 2025 - 12:00 AM
La región de Centroamérica, junto con las ciudades de Panamá y Colón en el siglo XIX, estuvo marcada por momentos de relativa calma y otros de profunda crisis social. Los elementos del mal vivir estuvieron presentes, especialmente durante la fiebre del oro en California, cuando arribaron tanto personas comunes como filibusteros. En Nicaragua a Panamá, el fenómeno de los filibusteros antisociales representó un caso especial.
Tal es el hecho del filibustero William Walker, quien nació el 8 de mayo de 1824. Su personalidad resulta, en muchos aspectos, difícil de explicar. Durante su adolescencia cursó estudios en la Universidad de Pensilvania, mostró interés por militar en el Partido Demócrata y, más adelante, cambió de rumbo al dedicarse a derrocar gobiernos. Se desempeñó en diversos campos: fue periodista, abogado y mercenario.
Este personaje díscolo, conocido tanto como abogado y filibustero, puede entenderse dentro del contexto de una sociedad estadounidense dividida entre un liberalismo conservador y la realidad de una estructura esclavista sureña. La lógica de Walker, guiada por la supremacía de la raza sajona, se centró en apoderarse del territorio de Sonora, hecho que logró consumar —con métodos propios de un delincuente— el 1 de octubre de 1853.
Walker desembarcó con 45 filibusteros y, en la población de La Paz, impuso prácticas esclavistas. Movido por su ambición de poder, promulgó un decreto mediante el cual aplicaba las leyes del estado de Luisiana, legalizando así la esclavitud.
El filibustero William Walker estaba mentalmente imbuido en el ideal colonialista, sustentado en el Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe, una ideología racista que lo llevó a rechazar a las tribus indígenas. Saturado de xenofobia, propuso a los mexicanos —desde San Francisco hasta Guaymas— la creación de una colonia con el propósito de diezmar a las comunidades indígenas.
Aunque su propuesta fue vetada, Walker no desistió. Reclutó aventureros provenientes de Tennessee y Kentucky para continuar con sus acciones expansionistas y la toma de territorios. La historia verídica de este bandolero ha sido documentada por Doralicia Carmona en su estudio Memoria Política de México. Ella expone de Walker lo siguiente: “vendió documentos canjeables por terrenos en Sonora. Su intención era formar un estado independiente, que como había sucedido en Texas, finalmente se incorporaran a los Estados Unidos, temeroso de la reacción del gobierno mexicano, Walker cambiaría la residencia de su “gobierno” a Cabo San Lucas primero y a Ensenada después.”
“El 21 de enero de 1854, Walker convertirá su cargo anterior en “Presidente de la República de Sonora” para poder abarcar más territorio y despertar más ambiciones. Aunque esta declaración nunca tendrá un contenido real, porque Walker y sus hombres se mantendrán siempre en Baja California, le será útil para vender bonos de la nueva “República de Sonora”. (Doralicia Carmona. Memorias Políticas de México).
No resultó su ensayo y se rindió debido al poco apoyo de los especuladores y fue juzgado de filibusterismo y por violar el tratado Guadalupe Hidalgo de 1848. Pero, finalmente, como entre los sajones se entienden, fue considerado no culpable. Sus seguidores pasaban rumbo a California y Centroamérica a través del istmo desatando actos hostiles y constantes reyertas contra la población civil y las autoridades de Panamá y Colón. Hecho que se comprueba que uno de los caídos el 15 de abril de 1856, N. Stokes era del grupo de los filibusteros de Walker. (Gaceta del Estado. Panamá 22 de abril de 1856. Secretaria del Estado).
Según el Dr. Justo Arosemena, se evidencia la continuidad de las acciones filibusteras impulsadas desde los Estados Unidos. En sus palabras: “De aquí las expediciones descaradas de Walker y Quiney, preparadas a vistas, ciencia y paciencia del pueblo y gobierno de los Estados Unidos” (Justo Arosemena, La Cuestión Americana. Contra la Expansión Colonialista de los Estados Unidos). Han sido tres las formas de dominio del imperio el primero es llegar y hablar de ayudas conjuntas y defensa de la democracia, y de no ceder te tuercen los brazos y la segunda las agresiones económicas o para converserte te disparan misiles, y la tercera el ejemplo de los Filibusteros.