- martes 15 de abril de 2025 - 12:00 AM
Ser PRD es sentir la política desde el corazón, es servir con pasión y con la firme convicción de que Panamá merece más. Nacimos de la lucha y de la esperanza, y cada día renovamos ese compromiso con nuestra gente, con los humildes, y con quienes no se rinden.
Vengo desde las bases del partido, donde se aprende que el liderazgo no se impone, se gana escuchando y cumpliendo, donde la fortaleza de una mujer no se mide por el tono de su voz, sino por la constancia con que trabaja por los suyos. En cada comunidad, en cada rincón de este país, el PRD sigue vivo porque está hecho de esfuerzo y solidaridad.
Ser PRD es creer en el país, incluso cuando otros dudan, es levantarse tras cada golpe, aprender de los errores y seguir adelante con fe. No pedimos espacio, lo conquistamos con trabajo y resultados; hemos caído muchas veces, y siempre nos levantamos por nosotros, nuestras familias y por el país.
Siempre tenemos presente de dónde venimos: de la gente sencilla que nos enseña que servir es la forma más noble de liderar; defendiendo nuestras ideas, aun cuando el viento sople en contra, es la esencia de nuestra identidad, porque el PRD es más que un partido: es un sentimiento, una historia viva y un compromiso con el presente y el futuro.
Hoy las nuevas generaciones tienen la tarea de mantener encendida esa llama, entendiendo que la esperanza no es un discurso, es una tarea diaria que se construye con trabajo, lealtad y unidad. Ser PRD es creer que Panamá puede ser mejor si caminamos juntos.Porque la esperanza se fortalece cuando el partido se une con corazón, historia y compromiso. Ser PRD, al final, es servir y servir, es la forma más elevada de amar a Panamá.
En el PRD no caminamos solos; somos parte viva de esta sociedad que lucha, que no se rinde y sueña con una educación que transforme, con empleos que dignifiquen y con una juventud que exige sus espacios y respeta la diversidad y hace patria.