- viernes 06 de diciembre de 2013 - 12:00 AM
Personalismo político
Los nubarrones oscuros que rodean en este momento la campaña del candidato perredista Juan Carlos Navarro contrastan en gran medida con el buen tiempo que goza su adversario, el también opositor Juan Carlos Varela, del Partido Panameñista. Inmóvil se presenta el oficialismo en la figura de José Domingo Arias, quien no hace nada más que vivir sumergido en la esfera que protege las obras de la actual administración de gobierno. Las banderas y colores de los partidos políticos parecen haber quedado en el pasado, por lo menos en el sentido práctico, ya que con menos frecuencia se encuentran visibles las representaciones tangibles de estas estructuras de orden social.
Durante el reciente acto de presentación de propuestas por parte de Varela, fue ausente la presencia de los símbolos del Partido Panameñista. La personalización de su campaña y la fijación de nuevos logotipos, que juegan abiertamente con colores y trazados en sus letras, pretenden una interpretación de afinidad en la que la figura del candidato se conduce con amplitud e imprime su esencia por encima del colectivo político. ‘Fuerza Varela’, la ‘V’ color lila, la expresión ‘varelista’ y la imagen del candidato presenta y sustenta una metodología de campaña basada plenamente en la figura y no en sus formas.
Entendiendo este fenómeno producido por un ‘tifón’ político llamado Ricardo Martinelli, Varela comprende que su fuerza electoral no se genera desde la sede de su partido político, sino de lo que representa en sí su figura. La marca de su empresa familiar con más de 100 años en el mercado, es, talvez, su carta de presentación más firme dentro de este proceso. Por su parte, Navarro, parece no haber entendido el camino trazado por su antecesor, Martín Torrijos, quien interpretó en su momento un guion político basado en la vida y obra de su padre, el general Omar Torrijos Herrera, entremezclando estructuras juveniles paralelas como el ‘Team Martín’ con el tradicionalismo presentado y fundamentado en una ideología denominada torrijista.
Este fuerte personalismo de Martín Torrijos le traería confusión a Navarro, quien enfrenta graves problemas de interpretación al momento de ejecutar su propia historia. Por un lado trata de ser el candidato que promete sacar al colectivo del ‘pantano’ en el que se encuentra inmerso, y por el otro llama a las bases del PRD para que salgan al rescate, con lo que compromete su liderazgo. Lo del oficialista Arias es más sencillo, ya que la sombra de Martinelli le resulta buen refugio por el momento. Las nuevas generaciones han estampado su sello en el tema electoral. Asimismo, como el modelo de la familia tradicional se transforma, del mismo modo cambian el resto de las estructuras sociales del país. La personalidad del candidato será crucial.
* PERIODISTA