La filósofa y activista francesa por los derechos de la mujer, Simone de Beauvoir, dijo -con respecto a estos derechos- que no debían darse por adquiridos, sino que había que permanecer vigilantes frente a ellos toda la vida.
Así mismo habría que hacer con respecto a nuestros derechos soberanos sobre el Canal y su zona adyacente, ante las declaraciones realizadas por el presidente electo norteamericano a fines de diciembre e inicios de enero, que son el reflejo de la mentalidad colonialista que aún se mantiene en los círculos de poder en EE.UU. -sobre todo en el Partido Republicano-, a pesar de la existencia de un ordenamiento internacional que reconoce la independencia de los Estados y la autodeterminación de los pueblos y de los tratados Torrijos-Carter firmados por ambas naciones en 1977.
Frantz Fanon, psiquiatra y revolucionario de Martinica, dijo que el colonialismo era un sistema de opresión política y económica, pero también “un fenómeno sicológico y existencial que invade mentes, desfigura culturas y aliena identidades” no sólo en el oprimido, sino también en el opresor. Y esto, aunado al “conspiracionismo” y “cultura de la mentira” que invade redes sociales para ganar consenso social, sobre todo a partir de las campañas de Trump de 2016 y 2020 (cfr. Ignacio Ramonet. “La era del conspiracionismo”, siglo XXI Editores, 2022), explica estas declaraciones sin ningún asidero con la realidad y contrapuestas al ordenamiento jurídico internacional.
No sólo fue señalar la exigencia a Panamá de bajar los peajes a los barcos estadounidenses por parte del mandatario norteamericano electo (declaraciones del 21 de diciembre de 2024), sino el requerimiento de devolver el Canal en caso de no hacerlo y no descartar el uso de la fuerza militar para recuperar su control (7 de enero de 2025). En esta misma dirección, Dusty Johnson y 15 representantes republicanos más presentaron proyecto de Ley ante la Cámara de Representantes de EE.UU., que autorizase al presidente norteamericano realizar negociaciones para “comprar” el Canal y regresarlo a manos norteamericanas.
Se trata de amenazas a las que hay que ponerle cuidado. Durante el torrijismo, la “unidad nacional” y la “internacionalización” de la causa panameña fueron fundamentales para el logro de los tratados (a pesar de las enmiendas y entendimientos). Hay que superar el cipayismo de los gobiernos y apostar al multilateralismo, acudir a foros y tribunales internacionales. Pero también el pueblo exige que se cumplan sus demandas sociales.
Frantz Fanon, psiquiatra y revolucionario de Martinica, dijo que el colonialismo era un sistema de opresión política y económica.
