• miércoles 16 de junio de 2010 - 12:00 AM

‘Pelepolis’, solución o corrupción

La Policía Nacional está estrenando un nuevo método para hacer más efectivo el combate contra el hampa criollo e internacional que se ha...

La Policía Nacional está estrenando un nuevo método para hacer más efectivo el combate contra el hampa criollo e internacional que se ha convertido en una amarga pesadilla en perjuicio de los ciudadanos decentes. Nos referimos al ‘pelepolis’, uno de los últimos adelantos de la tecnología que ha llegado hasta nosotros como posible solución para identificar y poner a buen recaudo a los delincuentes.

Ya era hora que la tecnología más avanzada dejará de estar al servicio de las potencias que se dedican a guerras de rapiñas y que la misma se utilizara en beneficio de la Humanidad, como en este caso. Este aparato hace más fácil y rápida la acción policial, que antes se enfrentaba a dificultades sin cuento para localizar a los prófugos, e indocumentados con casos pendientes con la justicia. Ojalá que con el ‘pelepolis’ se aminore considerablemente la acción contra los enemigos de la sociedad.

Pero, hay que hacer un llamamiento a los altos mandos de la Policía, a sus mandos medios y a la tropa para que actúen con transparencia a la hora de reprimir el delito, que no abusen de los privilegios que ahora les conceden las leyes ni de la nueva tecnología que el gobierno pone a su disposición. Con esta medida no se debe vulnerar los derechos de los ciudadanos decentes. Decimos esto porque son repetidas las denuncias contra componentes de la Policía sobre corrupción, abusos ante el uso de la fuerza, lo que ha dado como resultado que personas inocentes hayan sido atropelladas por acciones irresponsables.

La Policía Nacional tiene que actuar con transparencia para que el pueblo les brinde el apoyo que es imprescindible para cumplir con la labor pacificadora que se ha emprendido y que cuesta a los ciudadanos millones de dólares, pero consideramos que ningún precio es alto cuando se trata de salvaguardar la vida y bienes de la sociedad.

No es fácil esta depuración y la asimilación de esta nueva filosofía en un organismo que tradicionalmente ha sido carcomido por la corrupción, pero nunca es tarde para enmendar errores.

Comiencen por aplicar el refrán de ‘que los trapos sucios se lavan en casa’ eliminando las manzanas podridas para que no contaminen a los buenos elementos que laboran honestamente en la institución. Deben reflejar una imagen ejemplar. Esperamos también que el ‘Pelepolis’, se lo apliquen a los de cuellos y corbatas.

EL AUTOR ES PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO