- martes 29 de octubre de 2024 - 12:00 AM
Se acercan las fiestas conmemorativas de grandes gestas patrióticas. Los estudiantes lucirán sus mejores galas, pues al menos en apariencia, el mes de la Patria todavía se celebra con respeto. Algunas delegaciones exhibirán rutinas fuera de lugar”, pero lo justificamos “porque somos así”. Parece como si “calentáramos motores” para las fiestas de fin de año.
Para nosotros, todo esto pasaría desapercibido si en nuestra vida diaria los ciudadanos estuviéramos dando muestras de responsabilidad cívica, de interés por los destinos del país, o si cada una de nuestras acciones estuviera inspirada en el compromiso patriótico de convertir nuestra país en el paraíso de las oportunidades.
La idea de Patria nos invita a pensar en grande, en la nación y en el futuro. Pero si, por el contrario, estamos haciendo todo lo posible para que el país se vaya al despeñadero, ¿tiene algún sentido rendirle honores a la Patria? Estamos muy lejos de cumplir con el sueño de los próceres independentistas, con la utopía de los mártires de enero que como lo dice Blades, murieron gritando ¡bandera...bandera!, o con el anhelo de aquellos que hicieron posible vivir en una país soberano e independiente.
Por el contrario, conscientes o inconscientes de ello, gobernantes y ciudadanos llevamos el país hacia rumbos inciertos. Como si fuera un estribillo desgastado por el paso del tiempo, las proclamas oficiales nos seguirán convidando a la unidad. Y la sociedad civil aunque disgregada, cada cual por su lado llamará a la concordia. Si hay coincidencia en ese clamor, ¿quién o qué fuerza se opone a ponernos de acuerdo? Si resulta ser que son “funcionarios y empresarios corruptos”, entonces no hay exceso ciudadano en pedir “sus cabezas”, así como la de los funcionarios que propician su impunidad.
Podremos gritar a todo pulmón... ¡Viva el mes de la Patria!, el día que al compás de las leyes y las instituciones llamadas a poner orden, veamos el desfile de los corruptos marchando rumbo a La Joya. Me duele que por altisonantes que sean las expresiones de mis emociones patrióticas, estas sean opacadas por las carcajadas burlonas de los corruptos, celebrando el goce de libertades inmerecidas.