- viernes 20 de diciembre de 2024 - 12:00 AM
Jamón navideño
Año tras año resuenan las imágenes de trifulcas en las ferias libres con relación a los benditos jamones. Ya sean regalados o vendidos con subsidio, no hay forma de controlar su distribución, la mayoría de las veces con orientación clientelista y populista.
Al margen de la intención inicial, en el fondo se teje una macabra acción que pretende socavar la dignidad de las personas, marginándolas en una sumisión que pretende desmoralizar al pueblo, sacando lo peor de la naturaleza humana por lo violento de las reacciones debido a la frustración, como si se tratara de un experimento social.
En algún momento se pensó que, si se vendían a bajo costo la actitud de las personas cambiaría por el valor simbólico; y que tendría un significado diferente, pero resultó exactamente igual o peor. ¿Será el jamón el problema o es lo que representa?
Posiblemente, la respuesta sea más sencilla y tenga que ver con un sentimiento de valoración personal frente a la posición que se ocupa en el entorno social. Lo cierto, es que no parece que el tema de fondo sea un jamón, incluso, podría ser lo que significa en determinada época o lo que representa con respecto a una necesidad de pertenencia o aceptación.
El punto es que en Navidad o en Año Nuevo el jamón debe estar en la mesa del panameño o nada tiene sentido; pero si es regalado, es que fuiste tomado en cuenta. ¿Pero qué pasa cuando lo pagas subsidiado?
Luego vienen los ‘juega vivos’ que tienen acceso o influencia, no obstante, el hecho de generar los niveles de hostilidad a la hora de su distribución en diciembre, hacen del jamón un caso digno de estudio acerca del comportamiento humano desde el punto de vista sociológico.
La gente quiere su jamón en diciembre y los políticos lo saben; el gobierno también lo entiende y lo utiliza para manipular y socavar la dignidad humana frente a una necesidad material o emocional.
Periodista