• martes 20 de agosto de 2024 - 12:00 AM

No hay bala que mate a la verdad

“ Nunca abuses del poder humillando a tus semejantes, porque el poder termina y el recuerdo perdura” Benito Juárez. Estas palabras resuenan con fuerza cuando nos enfrentamos a la mentira más común, aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo, pues engañar a los demás es un defecto relativamente vano.

La firma del segundo convenio colectivo de trabajo en la Universidad de Panamá, seguido por su desconocimiento politiquero por parte del consejo administrativo, es un claro ejemplo de una estrategia calculada. Este acto de engaño pretendía minar la autoestima de la dirigencia sindical, haciendo que nos sintiéramos culpables por la ingenuidad de haber confiado en la firma y la palabra y que nos rindiéramos sin luchar.

Posteriormente, intentaron utilizar la política del miedo, como si nuestra dirigencia no supiera que el miedo es la principal fuente de poder de los tiranos . Desde nuestro nacimiento, hemos aprendido a vencer el miedo, porque allí termina el poder y el abuso.

Los universitarios hemos conocido el dulce sabor de las victorias y la amargura de las derrotas a través de duras experiencias, nos hicimos más resielientes sin olvidar que no hay nada más despreciable que la elocuencia de un hombre que no dice la verdad.

En este contexto, exigimos la devolución a los trabajadores de nuestra convención colectiva, un derecho inalienable que no puede ser arrebatado por el capricho o el temor. La lucha continúa.

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