• martes 05 de agosto de 2025 - 12:00 AM

¡Las comarcas siempre serán indígenas!

Los esfuerzos estatales por ofrecerles mejores condiciones de vida a las poblaciones originarias, han resultado insuficientes

Me sentí muy honrado de la invitación del profesor Acosta para conocer a Juana, Irene y Eidy. Tres damas de la etnia Ngäbe-Buglé que estaban de paso en la ciudad presentando sus creaciones en la Feria de Artesanías. El encuentro resultó entretenido, y contagiaba el orgullo con el que hablaban de su trabajo. Saben que les tocará librar una dispareja batalla contra las fuerzas que buscan despojarles de su patrimonio; su cultura y tradiciones ancestrales.

No pude evitar recordar la ingeniosa propuesta que un representante de la “rabiblanquería” local le hace al gobierno, buscando recuperar las áreas comarcales, explotar sus riqueza naturales, y de paso regresarles a vivir en condiciones de indignidad, igual a la que se les sometió por años.

No habría de sorprendernos lo descabellado de la propuesta, pues ella revela las pretensiones de los poderosos de destruir la fundamentación jurídica y política de las conquistas sociales, de las que se han beneficiado a miles de panameños y panameñas, como un acto de justicia con el que el Estado compensó por los atropellos y abusos que las mayorías recibieron de los “amos blancos”.

Es algo más que una contradicción de visiones de las “comunidades indígenas” y de los herederos de los conquistadores. Mientras que a aquellos se interesan en conservar la naturaleza, los otros sólo persiguen lucrar de sus recursos, sin importarles los daños que causen a la Madre Tierra.

Los esfuerzos estatales por educar y ofrecerles mejores condiciones de vida a las poblaciones originarias, han resultado insuficientes para mitigar los efectos nocivos de largos años de prejuicios sociales e institucionales. La sola intensión de despojarles de su patrimonio, y condenarles a vagar errantes por cerros y montañas, inspirada en la absurda lógica utilitarista y el desprecio por la vida humana, constituye una grave agresión de lesa humanidad.

Por si los poderosos lo han olvidado, las comarcas son y serán indígenas. El país recibirá mayores beneficios de apoyar los esfuerzos de nuestros “indios” de conservar una fauna y flora silvestre, que los que ofrezca la explotación privada de la riqueza que generan el agua de los ríos, o de los minerales que subyacen en el subsuelo.