Gran sobresalto ha generado las declaraciones del Dictador en tierras costarricenses, donde confesó, haber expresado que, si no lo dejaban correr, iba a prender el país en sus cuatro esquinas, lo que se vería cómo haber ejercido algún grado de presión inapropiada, para lograr un fallo que le beneficiase en la carrera electoral.
Nuestras instituciones democráticas están corroídas por la corrupción, nadie decente ya confía en un Tribunal Electoral, pues pudiese con esta declaración significar que acomoda fallos a conveniencia del poder. Ahora se explicaría como las reglas para remover a diputados y autoridades “falsos independientes”, vendidos al poder; fueron beneficiados con cambios en la forma de recolección de firmas para sacarlos, pues para ser candidatos podían recoger firmas en cualquier esquina, ahora para removerlos deben ir al tribunal electoral y no permiten recoger firmas en igualdad de condiciones. Sacar comunicados no les lava la cara.
También la Corte Suprema hizo un fallo, dando presunta legalidad a lo hecho a pocas horas de las elecciones, lo que pudiese haber sido producto de las mismas presiones políticas o pactos inapropiados y alejados de la justicia. Toca a los abogados y a la misma Corte revisión de las acciones hechas, pues pareciese haberse decidido sobre un tema viciado desde la justicia electoral.
El pueblo votó sí, pero votó sobre opciones electorales viciadas, producto de presiones inadecuadas en un proceso electoral. Se dañó la democracia. Relevo de pruebas a confesión de partes. Estamos en Dictadura.
