• miércoles 27 de agosto de 2025 - 12:00 AM

Criterio propio y la novela 1984

La libertad de pensamiento es uno de los más grandes tesoros del ser humano. Es un derecho que va de la mano con la capacidad de desarrollar un criterio propio, el cual nos permite razonar de forma autónoma a través de un proceso reflexivo. En este proceso, nuestros valores, conocimientos y creencias se combinan para formar un pensamiento o una idea sobre cualquier tema.

El sábado 23 de agosto, el club de lectura “Pasajeros en Tránsito” analizó la obra 1984 de George Orwell. Fue una sesión muy interesante, donde se compartieron diferentes enfoques y miradas entre varias generaciones.

Escrita en 1948, 1984 es una novela visionaria y desoladora que imagina un futuro no muy lejano, donde el mundo está dividido en tres superestados ficticios: Oceanía, Eurasia y Estasia.

En esta obra, que fue precursora del género distópico, el personaje principal Winston Smith lucha por defender su libertad de pensamiento y por diferenciar la verdad objetiva de la verdad impuesta por el Partido.

El trágico final de la novela es una advertencia. Winston es sometido a un proceso de reforma forzada, obligándolo a someterse a la voluntad del Gran Hermano y a renunciar a su propia mente. Al final, su criterio es conquistado por el control totalitario, perdiendo su libertad.

Perder la libertad de pensamiento es lo peor que le puede pasar a una persona. En este mundo tecnológico, donde la información es accesible para todos, es fundamental que fomentemos y protejamos esta libertad.

Tanto los jóvenes como los adultos debemos razonar, cuestionar y pensar por nosotros mismos. Tener la capacidad de defender nuestro pensamiento y la lectura es una herramienta poderosa que una persona pueda desarrollar un pensamiento crítico e independiente.