• miércoles 18 de septiembre de 2019 - 12:00 AM

No basta el carácter

Tenemos esperanza de que esta vez las cosas serán diferentes, ojalá no estemos equivocados

No se requiere nada nada más templanza en el carácter para ser un buen administrador de justicia, sino que existen otras virtudes y valores que deben considerarse al momento de escoger a los nuevos magistrados y sus respectivos suplentes que ocuparían por los próximos diez años las tres vacantes de la Corte Suprema de Justicia.

La ciudadanía tiene la expectación, una vez más, que las nuevas escogencias para desempeñar los más altos cargos de la justicia se realicen sobre la base de la trayectoria profesional, capacidad, solvencia moral, responsabilidad, transparencia y sobre todo que ninguno de los seleccionados responda a intereses políticos partidistas, tal como se ha dado anteriormente.

El pleno ejercicio de la democracia nunca será efectivo si contamos con un sistema de justicia corrupto, selectivo y claramente manipulado por el ejecutivo y los principales poderes socio-económicos que, al final, son los que deciden qué se hace y no se debe hacer en el país.

Ojalá la integración de nuevos actores para este proceso en el Pacto de Estado por la Justicia, que tendrá la responsabilidad de recomendar al Ejecutivo a los aspirantes a los tres cargos, contribuya a que se escojan a los mejores postulados.

Tenemos esperanza de que esta vez las cosas serán diferentes, ojalá no estemos equivocados. No queremos vivir nuevamente experiencias donde el Ejecutivo ignoró las recomendaciones de la sociedad civil y nombró a quién le dio la gana, imposición que ha traído todo vivimos y sabemos

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