Desaparecen los toldos

Empresarios hacen malabares para mantenerse en este mercado
  • jueves 10 de septiembre de 2015 - 12:00 AM

BAILES

Cada año hay menos lugares para que los acordeonistas se presenten. Desde hace 25 años para acá se han ido extinguiendo los toldos, tanto en la capital como en las provincias.

Incluso a lo que antes se le llamaba toldo, ahora se ha convertido en jardín de baile, según explicó ‘El Poste de Macano Negro', Dorindo Cárdenas.

Un toldo típico era aquel donde se realizaban solamente bailes típicos los fines de semana, ahora los jardines permanecen abiertos los siete días de la semana ofreciendo otros servicios, como villar, bares, máquinas de juegos etc.

Una de las principales razones de la extinción de los toldos es el alza de los precios de los permisos para estas actividades, explicaron algunos empresarios.

Dorindo cree que con la desaparición de los toldos sí se han visto afectados los tipiqueros, ya que existen menos lugares para presentarse y hay varios artistas de este género.

Según Abdiel, cantante del conjunto Los Consentidos, entre más jardines mejor para los tipiqueros, pero aún con los que han desaparecido no hay un baile que no llene.

Recuerda los años 50

Con una memoria bastante clara, Dorindo Cárdenas, a sus 79 años de edad, recuerda que en Panamá había muchos toldos que eran abarrotados por sus fanáticos.

‘Cómo olvidar esos momentos en el Club Interiorano de la avenida B, por los años 1949, donde miles de fanáticos se reunían a disfrutar de un buen baile', relata el también conocido como ‘El Maestro de Maestros'.

Además del Club Interiorano, también mencionó una larga lista de toldos, entre ellos: Club Tableño, Jardín Atlas, El Orgullo de Azuero, Jardín Llave, Rincón de lo Nuestro.

De cada uno guarda un recuerdo. Tal es el caso de El Orgullo de Azuero, donde se reunían profesionales de todas las disciplinas con trabajadores de fábricas y de la construcción.

En esos años, no se cobraba cuota de entrada al toldo, solo pagaban los bailadores. ‘Me encantaba tocar allí, pues el público era muy respetuoso y acudía a divertirse'. A principios de los 80, por la inseguridad, dejaron de realizar las actividades en el Orgullo de Azuero, cuenta Dorindo.

Mencionó que en la vía Fernández de Córdoba, otra empresa había abierto un toldo que ya no está en funcionamiento. Se refería al Cosita Buena, allí se presentaron los grupos típicos por muchos años, hasta que la empresa cerró sus puertas.

‘En los últimos años, los empresarios típicos vienen tropezados. Para cuidar un baile hay que contratar un ejército de policías y pagarles $200 a los bomberos', manifestó Dorindo.

Aunque se cobre un precio por la entrada más una cuota para bailar, es difícil que se tenga una ganancia en los bailes, concluye.

Es una lucha titánica

El Siglo habló con algunos dueños y administradores de jardines típicos y explicaron que no es fácil mantener por tantos años un negocio como este, que amerita mucho tiempo e inversión.

‘Es una lucha titánica la que tenemos todos los días, no es fácil. Tenemos que pelear con el guarómetro, el alza de los licores y también los impuestos, eso no es fácil', explicó Juan Castillo, de la sala de eventos El Suspiro, en San Miguelito, que pertenece a Inversiones Maritzel.

Castillo dijo que a veces se gana y a veces se pierde, pero que hacen lo posible por mantenerse. ‘No todo el tiempo los bailes salen buenos', añadió.

Por otro lado, Raúl Barrios, administrador de La Macaraqueña, dijo a El Siglo que no es fácil, pero que cada año se renuevan para ofrecer más calidad a sus clientes.

Explicó que La Macaraqueña tiene bailes típicos todos los sábados y los domingos realizan cantadera, pero durante la semana el jardín está abierto al público.

‘En la semana ofrecemos bar, máquinas de juegos y otros entretenimientos, ya que hemos agrandado el local para mejorar nuestros servicios', añade Barrios, quien administra este local junto a Alcides Saavedra.

Un público triste

Según Abdiel Núñez, la mayoría de los toldos que se han cerrado, ha sido para venderlo a grandes empresarios para hacer centros comerciales, barriadas, almacenes, etc.

‘La gente se llena de melancolía porque ya no disfrutan del baile en sus lugares favoritos, pero nosotros seguimos trabajando y presentándonos en diferentes puntos del país', explicó.

Núñez recordó cuando se presentaba en algunos jardines de San Miguelito, como Villos Bar, El Cibal y en el jardín Los Albaritos.

El Cibal se encontraba donde está Arrocha de Los Andes y el jardín Los Albaritos estaba en la ‘T', de Torrijos Carter, fue derribado por la construcción del Corredor Norte.

‘Tenemos muchos buenos recuerdos de los fanáticos que siempre llenaban esos toldos', añadió.

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DESAPARECIDOS

  • Cosita Buena
  • Un Rincón de Lo Nuestro
  • Club Interiorano
  • Club Tableño
  • Jardín Atlas
  • El orgullo de Azuero
  • La Cocaleca
  • La Parra
  • Villos Bar
  • El Recreo
  • 10 de Noviembre
  • El Cibal
  • Brisas de la Montaña
  • Mi linda Gloria
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Abdiel Núñez calcula que en todo el país hay alrededor de 200 jardines de baile y han desaparecido unos 30, entre los más famosos

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PERMANECEN

  • La Macaraqueña
  • El Suspiro
  • Bohíos Alegres
  • El Canajagua
  • Jorón Cebede
  • Jorón Internacional
  • Churrasco
  • Mi pueblo
  • El carbón alegre
  • Flor de Cerro
  • Club La Unión
  • Jardín Nisanto
  • El Quisquilloso
  • El Maritzel
  • El Astoria

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