Adriana Ruano se convierte en primera campeona olímpica de Guatemala

En un momento que será recordado como un hito en la historia del deporte guatemalteco, Adriana Ruano se alzó con la medalla de oro en la prueba de foso femenino en los Juegos Olímpicos de París 2024, convirtiéndose en la primera campeona olímpica de Guatemala. Su victoria no solo marca un hito para su país, sino que también añade una página dorada a su impresionante trayectoria.

Ruano logró su hazaña al batir el récord olímpico previamente establecido por la eslovaca Zuzana Rehak en Tokio 2020, un logro que subraya su dominio en el tiro deportivo. La medalla de plata fue para Silvana Stanco de Italia, mientras que el bronce fue para Penny Smith de Australia. Este triunfo se suma al bronce conseguido por Jean Pierre Brol en la categoría masculina, completando una destacada actuación para Guatemala en el tiro deportivo en estos Juegos.

La historia de Adriana Ruano es una inspiradora narrativa de resiliencia y transformación. Inicialmente, Ruano aspiraba a convertirse en una gimnasta olímpica, siguiendo los pasos de la guatemalteca Luisa Fernanda Portocarrero. Sin embargo, su sueño se vio truncado cuando, a veinte días del Mundial de Gimnasia de Tokio 2011, fue diagnosticada con una grave lesión de columna.

A pesar de las sombrías perspectivas médicas que indicaban un alto riesgo de quedar en silla de ruedas, Ruano mostró una determinación inquebrantable al considerar participar en el campeonato. No obstante, finalmente decidió abandonar el sueño de la gimnasia para evitar el riesgo y buscar una nueva dirección en su vida.

Este giro inesperado la llevó al tiro deportivo, un deporte que comenzó a practicar a finales de 2012 como una forma de terapia psicológica. Inspirada por los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde fue voluntaria en el campo de tiro, y por los hermanos Brol, quienes también compiten en tiro deportivo, Ruano redescubrió su pasión y renovó su sueño olímpico.

El retorno de Adriana Ruano a los Juegos Olímpicos en Tokio 2020, y su reciente oro en París 2024, representa no solo una reivindicación personal sino también un cierre simbólico a la historia que comenzó en la gimnasia. Su triunfo en París es el resultado de una trayectoria marcada por la superación personal y la búsqueda incansable de nuevos horizontes.