Intenta el masaje prostático

H ace unos días escuche una conversación entre dos amigas y una le recomendaba a la otra que le realizara a su pareja un ‘masaje prostát...
  • jueves 03 de febrero de 2011 - 12:00 AM

H ace unos días escuche una conversación entre dos amigas y una le recomendaba a la otra que le realizara a su pareja un ‘masaje prostático’.

Como quede con la duda, me puse a investigar sobre este tema, porque creo que que es muy interesante y a veces poco conocido.

Bueno primero que nada, ¿qué es la próstata? Es una glándula, exclusiva de los hombres, ubicada bajo la vejiga, encargada de segregar parte del semen. Esta es una zona muy erógena para el hombre y la responsable de provocarle buenos momentos de placer.

El masaje prostático puede ser usado como terapia medicinal en algunos casos y como práctica sexual.

Ante todo y como en todas las prácticas anales, siempre es recomendable una adecuada higiene previa, pues le harás sentir mucho más cómodo y la sensación será más placentera y relajada.

En segundo lugar, también es algo básico lubricar bien la zona para que no sea doloroso.

Se puede usar uno o dos dedos con un guante de látex, por ejemplo, ya que resbalan mucho mejor y además no deberemos preocuparnos por si se clavan las uñas.

Una buena postura que favorece el acceso es la del perrito, ya que sitúa a la próstata en una zona de fácil acceso por la manera en que entran los dedos o un juguete.

Empezamos por simplemente introducir el dedo para acostumbrar el ano (en caso que no esté acostumbrado ya), y una vez se ajuste bien, introduciremos los dedos con una ligera curvatura hacia abajo, no es necesario para ello que sean muy largos, lo importante es la posición en la que entren. Con la yema de los dedos masajearemos de manera suave la próstata, es muy importante no presionar de forma excesiva, pues podría resultar peligroso.

Lo primordial es, como siempre, dejar de lado los prejuicios, pues tenemos que aprender a disfrutar de nuestro cuerpo y saber explotar las zonas más placenteras. En este caso hay que tener muy claro que hay que deshacerse de los típicos prejuicios que tienen los hombres, sobre que la estimulación anal es solo para gays.