Aileen Wuornos y el placer por matar, nunca se arrepintió

Quedó embarazada de su abuelo a los 15 años. Tuvo su hijo en una maternidad de Detroit
  • domingo 28 de julio de 2024 - 12:00 AM

Aileen Wuornos nació el 29 de febrero de 1956 en Rochester, Míchigan, era la segunda hija de Diane Wuornos Melini y Leo Pittman. Llevó el apellido de sus abuelos maternos porque la habían adoptado junto con su hermano mayor, cuando tenía cuatro años.

Cuándo Aileen nació ya Diane se había divorciado de Pittman. Él la golpeaba y entraba y salía de la cárcel, siempre por acusaciones de abusos de menores. Muchos años después, cuando ella misma estaba en la cárcel, se enteraría que su padre biológico se había suicidado en 1989, ahorcándose en la celda de una prisión en Kansas donde cumplía una condena.

Diane, su madre, decidió iniciar una nueva vida lejos y sin hijos. En 1960 se los dejó a sus padres, Lauri y Britta Wuornos, dos inmigrantes finlandeses que los adoptaron legalmente y les dieron su apellido.

Quedó embarazada de su abuelo a los 15 años. Tuvo su hijo en una maternidad de Detroit el 23 de marzo de 1971 y lo dio en adopción. No regresó a la casa de sus abuelos, prefirió vivir en un auto abandonado en el bosque. Luego la internaron en una casa para madres solteras y como era menor quedó en custodia del Estado, que la obligó a ir a la escuela.

A los 18 años, en 1974, quedó liberada de la tutela estatal.

Aileen Carol Wuornos, apodada “La Asesina de la autopista”, en alusión al personaje de la novela de Ellroy, a diferencia de que aquel es un personaje de ficción y sus crímenes son parte de la trama de la genial novela, pero los de Wuornos, una mujer de carne y hueso, fueron reales y mantuvieron a los ciudadanos estadounidenses y autoridades en vilo entre 1989 y 1990, llenando de cadáveres las rutas de el estado de Florida.

Se dice que el primer hombre que mató fue en defensa propia, el resto porque no podía frenar la fuerza descontrolada por las sensaciones de ese primer asesinato, que la impulsaba a seguir matando.

Ella los mataba con saña, siempre con el mismo sistema: se les ofrecía sexualmente, subía a sus autos y los mataba a tiros; llegó a eliminar a siete en un año, luego les robaba todo lo que llevaban consigo tirando sus cuerpos cerca de la ruta.

Bob Kelley, del Departamento del Sheriff del Condado de Volusia y uno de los detectives que investigó sus crímenes la definió: “es la primera depredadora femenina de la que tengo noticia. Otras mujeres han matado a sus hijos, a sus familiares o a personas que conocen, pero ella es la primera que en realidad cazaba a víctimas inocentes y les quitaba la vida”.

El personaje de la novela de Ellroy, el sicópata Martin Plunkett, capturado después de sembrar decenas de cuerpos en las rutas de Estados Unidos, mientras esperaba su ejecución en un pabellón de la muerte, contó al escritor en primera persona uno por uno sus crímenes. Su testimonio no deja dudas que mataba por el placer que le dan la visión, el sabor y el tacto de la sangre y, también muestra cómo ese impulso de matar germinó de la semilla plantada por terribles dolores, sueños y fantasías de su infancia.

Wuornos, igual que el personaje de Ellroy tenía algo más de 30 años cuando se convirtió en asesina en serie; no sólo los contó con lujo de detalles, sino que quería morir por ellos. Por eso no quería que le perdonarán la vida con un diagnóstico de locura, amenazando con seguir matando si volvía a las calles.” Maté a esos hombres, les robé tan fría como el hielo.

A ella la atormentaba también una imagen recurrente que confesó a uno de los tres psiquiatras que la entrevistaron para dictaminar su salud mental: todos los hombres que había matado tenían la cara de su abuelo abusador, eso era lo que la hacía apretar el gatillo.

El 30 de noviembre de 1989, Richard Mallory, de 51 años, invitó a Aileen a subir a su auto para tener relaciones sexuales; era el acuerdo, pero el hombre se puso violento y lo que era una contratación por servicios se transformó en un intento de violación. Mallory era un exconvicto y violador en serie, pero Aileen no lo sabía.

Wuornos llevaba una pistola en la cartera y disparó tres veces en el pecho de Richard.

El 1 de junio de 1990 mató a David Spears, de 43 años, el 6 de junio a Charles Carskaddon, de 40, el 4 de julio a Peter Siems, de 65; el 4 de agosto a Troy Burress, de 50, el 12 de septiembre a Dick Humprheys, de 56; y el 19 de noviembre a Walter Jeno “Gino” Antonio, de 62. Siete hombres en edades adultas en medio año.

“La asesina de la Autopista” fue ejecutada mediante inyección letal el 9 de octubre de 2002.

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