Una vida de indigencia y vicio

Para ellos se trata de sobrevivir el día a día en la selva de concreto, ya sea cuidando carros, haciendo mandados, mendingando o escarbando en la basura por comida o material reciclable.

Se trata de marginados que viven en las calles, algunos ahogados en el vicio, ese que por un dólar consiguen en cualquier esquina o callejón y los deja orbitando en Júpiter.

Tras haberse superado los peores días de la pandemia, es evidente aumento de la indigencia, sobre todo en los corregimientos de Bella Vista, Calidonia, Santa Ana, San Felipe y Curundú. Esto sin contar Panamá Oeste.

Aunque no existe un censo real por parte de la Alcaldía de Panamá o el Ministerio de Salud, se estima una población mayor a 200, algunas ONGs incluso hablan de 500 en situación de calle.

Las autoridades los captan y envían a fundaciones para su recuperación, pero las adicciones son fuertes y muchos se fugan para volver a sus andanzas.