Regresa la alegría a Wala tras recibir donaciones

Aunque el incendio ocurrido en marzo en el poblado de Wala, en la comarca guna de Wargandi, pareciera ser un tema olvidado, para algunas personas de buen corazón no lo es, ya que llevaron donaciones recientemente.

Eso renovó las sonrisas en los rostros de las mujeres, que esta vez fueron las beneficiadas de una visita que recientemente hizo un grupo de gunadules, con la ayuda de una amiga norteamericana que envió las donaciones.

‘Eso le envía una amiga llamada Amma Sibbu, quien se encuentra en Estados Unidos', dice Florina Hackin mientras entrega los paquetes con telas e hilos de variados colores, además de agujas y tijeras.

Hackin viajó con su esposo y tres amigos más desde la ciudad de Panamá para repartir esa donación que envió Prudence Grissom, Amma Sibbu (Tía Blanca), nombre guna que adquirió cuando estuvo por muchos años en Nalunega, en Guna Yala.

El agradecimiento por parte de las mujeres estaba a flor de piel. La mayoría estaba semidesnuda, al igual que los hombres. Asumimos que era por el intenso calor que reinaba en ese momento, a menos que las donaciones que envió el Gobierno no alcanzara.

El viaje

Para viajar a Wala se toma aproximadamente cinco horas desde la Terminal de Transporte, si uno va en bus de Darién o Agua Fría. Pero si se va en auto propio (de doble tracción), se toma más o menos tres horas desde Panamá.

Se tiene que llegar a un punto llamado La Curva (donde se ubica el restaurante Lucía), antes del límite de Panamá con Darién, en Agua Fría.

Desde allí se adentra por una carretera de tierra por aproximadamente una hora y media, hasta llegar al río Wala, una ramificación del gran Chucunaque.

Bienvenida

Cuando se llega al poblado hay que anunciarse en una garita de control sobre el motivo de la visita. Se tiene que pagar 1.25 por persona, como aporte a la comunidad para el mantenimiento de la carretera y otras necesidades.

Además, se tiene que ir primero a la Casa del Congreso, la gran casa de los gunadules, para hablar con el sagla (jefe) de la comunidad y así buscar la orientación sobre lo que se puede hacer con las donaciones. Allí conocimos al sualibed (policía comunitario) Osorio Pérez, quien se encargó de llevar los paquetes en una carretilla por las calles del poblado.

Wala

Wala es una comunidad de unas 2 mil personas, de las cuales unas mil 800 sufrieron las consecuencias de un incendio que se produjo el pasado viernes 3 de marzo.

Según el informe del Gobierno Nacional, se quemaron unas 180 casas, las cuales fueron reconstruidas por funcionarios del Ministerio de Vivienda y del Servicio Nacional de Fronteras con maderas, aunque otras familias prefirieron mantener sus construcciones tradicionales con pencas y caña blanca.

Regreso

Ya eran las 3:30 p.m., por lo que había que apurarse para regresar a Panamá.

Florina, su esposo Justy Díaz, además de los amigos Benilda Solano, su esposo Iván Arango y su hija Ivonne, tenían sus rostros cansados por el solazo, pero sonreían con la satisfacción del deber cumplido.

El río Wala, fiel testigo de la buena obra, serpenteaba con su savia transparente, en donde muchos moradores se bañaban.

Al salir, los niños agitaban sus pequeñas manos con las mariposas amarillas y blancas acompañándolos, revoloteando como al son de las flautillas en una danza guna.