Han pasado 164 años del incidente de la tajada de sandía

- miércoles 15 de abril de 2020 - 2:27 PM
Este hecho que marcó para la historia patria en el pasado y hoy en el presente un hito trascendental para la consolidación de la nacionalidad y el patriotismo se refleja en documentos históricos, relata el historiador panameño Rommel Escarreola.
Según los escritos, este incidente con la tajada de sandía fue una trifulca entre panameños y norteamericanos, en la llamada Ciénaga (actual Mercado de Mariscos). Aquel día un estadounidense de nombre Jack Oliver decide tomar un pedazo de Sandía del vendedor José Manuel Luna, pero sin pagar el real (5 centésimos). Esto originó un altercado.
"La historia de Panamá ha sido construida y escrita bajo un concepto de narración o una historia romántica y son criterios que en la actualidad no son válidos para lograr la interpretación correcta de la historia" destaca el historiador.
Escarreola relata que "en ese trajín doméstico de una tarde en el área denominada la Ciénaga que es el área del Mercado de Mariscos, estaba repleta de hombres vendedores ambulantes, entre ellos el pariteño Manuel Luna, dedicado a la venta de sandía.
"Los gringos se acercaron a la modesta tienda de Manuel Luna, un grupo de norteamericanos borrachos, uno de ellos de nombre Jack Oliver tomó un pedazo de sandía la destrozó con sus dientes y la tiró al piso sin pagarla. A la exigencia de Manuel Luna a los cuales el gringo sacó una pistola en acto hostil y se produjo un enfrentamiento y discordia por el comportamiento amenazador de los norteamericanos. Esto rebasó los límites de los constantes hechos o amenazas que se habían dado durante varios años atrás" dijo.
Al conmemorarse hoy, un aniversario del 15 de abril de de 1856 denominado el incidente de la tajada de sandía, señala que aún sigue desconocido el origen, la esencia de esta trifulca y cuyo contenido histórico y nacionalista se ha perdido la esencia y trascendencia de una acto heroico y ejecutado por la población civil en contra a de los filibusteros que como hoy lo denominaríamos mercenarios.
Agrega que "el pueblo común, el hombre de la calle está fuera de la historia, caso de Manuel Luna, hombre vendedor de fruta que fue pintado en los libros de Historia como un campesino blanco con ojos azules, grave error, porque en la gaceta oficial del año 1856, Manuel Luna era de piel morena y residía en el arrabal de Santa Ana.