- lunes 18 de septiembre de 2017 - 12:00 AM
CALVARIO
Vivir en Panamá Oeste, es sinónimo de vivir en los tranques, pues cada vez el congestionamiento vehicular empeora, ya ni los propios buses piratas se dan abasto.
Salir de su casa a las 5:00 a.m. y llegar a su hogar a las 7:00 p.m. por los tranques es el pan diario de miles de personas que residen en el Oeste y trabajan en la capital. Esto lo vive Israel Ramos, residente de Vacamonte, quien comentó que pasa dos horas de tranque para llegar a su trabajo y otras dos, para regresar. ‘Son las cuatro horas más estresantes que pierdo de lunes a viernes', expresó.
Antes, los tranques ocurrían por accidentes, pero ahora son por la cantidad de carros que circulan para Panamá Oeste. Ya los hombros de las vías parecen otros carriles.
El informe de la ATTT destaca que el parque vehicular en la provincia de Panamá y Panamá Oeste llegó a 925,143 autos inscritos, lo que representa un 75.7% del total nacional que es 1,221,999 autos.
El Siglo se puso en los zapatos de estos ciudadanos y comprobó las vicisitudes que pasan para trasladarse a sus hogares, ya sea en transporte público o en los mentados carros o busitos piratas.
Por una semana, un reportero de este medio se dirigió a las 7:30 p.m. a Calidonia, donde se abordan los carros ‘piratas' y observó cómo los ciudadanos esperan por una hora este transporte, que supuestamente nació como una alternativa por la escasez de buses para el Oeste, ya estos no se dan abasto por la cantidad de usuarios.
Los ciudadanos de Vacamonte pasan una hora en una parada improvisada expuestos a que les roben, quienes hacen lo posible para llegar a su hogar, luego de ocho horas de trabajo.
El periodista de El Siglo abordó uno de estos vehículos, el miércoles 13 de septiembre, con pasajeros desconocidos y quién es el propio conductor. Pasa por su mente ‘y si me roban', pero el corazón se le comenzó a acelerar cuando el conductor, parecía que estaba jugando un videojuego de carreras, en vez de transportar pasajeros, porque conducía el busito por el hombro.
Fue una hora y media para llegar a Vacamonte, donde el corazón y el Jesús lo llevaba casi en la boca.
Mientras que en Calidonia se vive esto, en la Terminal de Albrook hay otra dura realidad, pues los ciudadanos pasan trabajo en las largas filas para abordar un bus para luego sumergirse en un tranque que puede durar de dos a tres horas. Dormía y se despertaba y aún no pasaba del puente de las Américas, es lo que hacía el periodista, quien iba en un puesto incómodo, mientras todos los pasajeros escuchaban música que, en vez de ayudar, los estresaba más.
Según la psicóloga Geraldine Emiliani, el estrés produce una sensación de ansiedad, cansancio, pereza, cefaleas, dolores indefinidos, sudoración excesiva, fiebres ligeras, somnolencia diurna y sueño nocturno intranquilo.
Informó que los tranques, el ruido de motores o bocinas, la imprudencia u hostilidad de conductores, y la prisa en otros, son los principales causantes de estrés.