El 10 de diciembre de 1948, la humanidad dio un gigantesco paso con la aprobación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Los pesimistas y los cínicos, de la mano de los ignorantes y los mediocres, nos dirán que no hay nada que celebrar puesto que la Declaración Universal ha sido repetidamente infringida a largo de las siete últimas décadas. Sin embargo, el 10 de diciembre tiene un significado especial para los amantes de la libertad y de los Derechos Humanos, puesto que conmemoramos 76 años de un comienzo: el de una era y un mundo en el cual el ser humano busca lograr el respeto universal y efectivo de sus derechos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos se fundamenta en la consideración de que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Sin embargo, millones de personas en todo el mundo son hoy víctimas de prácticas que atropellan o pisotean su dignidad.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”. Durante la primera década del siglo XXI, tales actos han seguido realizándose por todas partes, y al socaire de la guerra y la represión las autoridades de muchos Estados, matan, torturan, hacen desaparecer, encarcelan ilegalmente y violan, una y otra vez –prevalidas de su impunidad-, los instrumentos internacionales que protegen a la persona humana contra los abusos del poder.
En cada lugar de la Tierra hay cada vez más gente que valerosamente se opone a la injusticia y a la brutalidad, y corre muchos riesgos. En cada rincón de la tierra hay labios que denuncian los crímenes y atestiguan contra los criminales. Dígase lo que se diga, cada vez reina menos silencio en torno de los delitos de lesa humanidad y ello demuestra que algo ha empezado a cambiar en el mundo... E puor si move.