La ignorancia sobre el VIH genera temor a la prueba
- lunes 21 de agosto de 2017 - 12:13 AM
ENTREVISTA
Cuando le dijeron que había contraido VIH sintió que se le caía el mundo. Guardó un largo secreto con su pareja, pero eventualmente se lo comunicó a sus hijos, y luego al resto de la gente. Orlando Quintero nos cuenta sobre su experiencia, la forma en que superó el trauma, y la situación del virus en Panamá, así como el carente esfuerzo de las autoridades para prevenirlo con eficiencia.
¿Qué enseñanza le ha dado a usted ser portador del virus que tal vez no hubiera aprendido sin el?
Wow, a vivir la vida.
¿De qué forma?
Llevar la vida disfrutándola. Saber que cada día, cada respiración que doy es una oportunidad del día a día. Yo siempre digo que el haber estado al borde de la muerte, en 1994, cuando estuve muy grave con neumonía, aprendí a disfrutar de la vida. Problemas siempre va haber, pero el cómo superarlos es la clave.
¿Cómo hacer para que la rutina no mate ese sentimiento?
Yo no puedo desconectarme del agradecimiento que tengo que darle, obviamente a mi médico, pero a Dios.
¿Se volvió religioso?
No me gusta tanto la palabra religioso, pero aumenté mi fe, la fortaleza que tengo no la hubiera tenido si no pasaba por esa experiencia.
¿Cómo rehizo su vida después de separarse de su pareja?
En realidad mi separación no fue por el contagio del virus, sino por asuntos distintos, lo que generalmente pasa en una pareja. Pero seguí adelante, cuando me enteré de mi diagnóstico no sabía qué hacer, yo trabajaba en mi consultorio.
¿Se lo comunicó a alguien?
No, solamente a mi esposa en ese momento. Sin embargo, tuvimos ocho años que solo lo sabíamos los dos. Cuando caí en etapa sida se lo comunicamos a las niñas que entonces tenían 5 y 7 años. Después se lo dije a mis padres.
¿Cómo reaccionaron?
Obviamente mis padres se pusieron muy tristes. Tuve que educarlos en el tema. Es algo que se debe hacer con la gente que esta a nuestro lado y no vivan la ignorancia que produce temor. Si sabes qué va a pasar es más fácil. Es muy distinto hoy a los tiempos donde no había medicamentos. Tocó seguir hacia adelante.
¿Pensó en la muerte?
En el momento que estaba en la hospitalización sí, pero yo tomé la decisión de seguir hacia adelante. Seguí atendiendo a mis pacientes como si nada hubiera pasado. Me di un sentido de la vida mucho más profundo de lo que generalmente tenemos. Yo siempre digo una frase: vivimos como somos, muchos vamos por la vida robóticos sin darnos cuenta que hay muchas cosas a nuestro alrededor que no apreciamos.
¿Tuvo temor de que desmoronara su carrera?
Cuando conoces todo sobre la enfermedad sabes que no vas a contagiar a nadie. El temor que pudo haber tenido mis pacientes hacia mi o mis familiares nunca se manifestó. Mis pacientes me veían en la televisión pero al contrario, hubo mucho apoyo por parte de ellos. Yo no viví la discriminación directamente por ese hecho.
¿Desde cuándo ha sido el repunte de contagio?
Cuatro años, da la casualidad que concuerda con lo que dice Onusida, desde el 2010 ha ido increciendo. Siempre he dicho que Panamá es un caldo de cultivo para esa enfermedad, se siente feliz el virus en Panamá. Todo lo que está en su entorno le favorece. El escenario o ambiente que tenemos es propenso para que haya relaciones sexuales sin control.
¿Se ha producido a consecuencia de qué?
Yo quiero dejar claro que los extranjeros no tienen nada que ver en eso.
Pero eso fue lo que se dio a entender....
Si hay extranjeros con el virus, en total 700 que lo portan. Hablan de 300 indocumentados, es un secreto de pasillo. Hay una realidad, se está aumentando el número de casos que reciben tratamiento en el Santo Tomás o la CSS.
¿Cúantos ignoran que portan el virus?
Muy relativo, de 30 mil a 20 mil. Los que ignoran que están infectados hace que el virus coja fuerza.