• lunes 30 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

El rugir del león

Los últimos días han sido caracterizados por las declaraciones que emitiera el expresidente y presidente electo de los Estado Unidos Donald Trump, por el costo del peaje del uso de la vía interoceánica.

Donde en forma categórica señaló que si no se ajustaban esos costos por el uso del Canal debía devolverse a manos estadounidenses.

Debo reconocer que jamás habría pensado un mensaje en ese tenor, después de 25 años que se formalizó la entrega a Panamá el 31 de diciembre de 1999.

Como tampoco me imaginé a algunos periodistas internacionales que fueron invitados a Panamá, y que expresaban que el Canal se lo habían regalado a los panameños.

Lo que evidencia una ignorancia profunda, y cuyos juicios de valores sesgados son la característica y cualidades de su pluma.

Pero más patético, es que muchos representantes de la supuesta sociedad civil no se les quita una práctica aberrante de traer a personas de otras latitudes que nos digan lo que debemos hacer.

Dejándonos como una nación acabada de conquistar, y donde su población realiza sus primeros pasos para bajar de los árboles, mientras cubren su cuerpo con hojas secas de los bosques.

Aunque la realidad les impacte, los acontecimientos históricos que llevaron a cristalizar los Tratados Torrijos Carter tuvieron su origen muchos años atrás y la historia fue escrita con sangre y dejando a su paso la muerte de personas cuyo amor a la patria era el nervio motor que los inspiraba.

Las desagradables declaraciones del presidente electo dieron pie a una reacción inmediata del presidente panameño José Raúl Mulino con un mensaje que podría calificar como el rugir de un león. Que es los que esperaba el pueblo de su gobernante.

Las muestras de apoyo de los expresidentes Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos al presidente constitucional de la República de Panamá, mandó un mensaje alto y claro y es que el Canal será panameño, y esa condición no la hará variar nadie.

Los simpatizantes de Trump en Panamá, suponemos que guardaran silenció para evitar quedar expuesto, debido a que la visa para ingresar a Estados Unidos está en juego por cinco años, si las declaraciones no son del agrado del nuevo inquilino de la Casa Blanca, a partir del 20 de enero de 2025.

Panamá no merece tener en la Silla Presidencial a presidentes cobardes, blandengues y genuflexos, ya que de esos la historia nos ha regalado muchos.

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