- sábado 04 de febrero de 2023 - 12:00 AM
En días pasados, ha sido noticia en todos los medios de comunicación el doble homicidio de una pareja de esposos de tercera edad, en su propia casa, en manos de personas conocidas, específicamente de quienes habían realizado labores de mantenimiento en su hogar.
Este hecho nos invita a reflexionar sobre los aspectos siguientes: primero, nos encontramos ante la presencia de varias conductas delictivas, entre las cuales pudiésemos mencionar: androcidio, femicidio, maltrato al adulto mayor, entre otras.
Segundo, debemos tomar en consideración que ambas víctimas forman parte del grupo vulnerable, denominado así por Naciones Unidas, de los adultos mayores. Esto es así, puesto que se entiende son personas con dificultad para repeler cualquier clase de agresión, ya que se encuentran en desventaja con su agresor, principalmente por la edad. Entendiendo que un adulto mayor puede llegar a tener problemas con su equilibrio o, padecer de alguna afectación de salud propia de la edad. Por ejemplo: artritis, el oído medio (mareos), presión arterial alta, diabetes, el corazón, etc. Es decir, su naturaleza física no se encuentra en las mismas condiciones óptimas de años anteriores, cuando era joven. Tercero, esta característica de vulnerabilidad lo coloca en una posición de desventaja dentro de una condición desigual de poder. Cuarto, el homicidio del adulto mayor, por ser varón, se le considera como androcidio, el cual consiste en privar de la vida a un hombre con acciones que reflejan un extremismo violento como resultado de una posición de desprecio y discriminación hacia el adulto mayor, colocándolo en un estado de desventaja con respecto a su agresor.
En este mismo orden de ideas, tenemos el femicidio acaecido con respecto a la adulta mayor de 81 años. En este caso, podemos observar una muerte violenta de la mujer, la cual se da también en una situación de desventaja con relación a su agresor, quien se encuentra en una posición de ventaja física y de edad con relación a la víctima. Quinto, hemos podido observar que ambos profesores fueron ultimados a golpes. Es decir, fueron también afectados con el delito de maltrato al adulto de mayor. Aquí, advertimos nuevamente la condición de vulnerabilidad de ambas víctimas.
Por último, es interesante observar que no solamente la seguridad ciudadana, a nivel de todo el país, es débil, ya que no reúne los niveles mínimos de protección y seguridad a la población. También, podemos advertir una Política Criminal totalmente ausente y, sobre todo este tipo de conductas ilícitas reflejan una sociedad carente de valores y principios éticos, morales y espirituales que se aprenden en la familia y se fortalecen en la escuela. En otras palabras, este extremismo violento al momento de la comisión de un delito nos indican la crisis por la cual está atravesando la familia y sociedad panameña.
El adulto mayor debe inspirarnos respeto, porque constituye una realidad espejo de todo ser humano. Aprendamos a comprender, querer y valorar a los adultos mayores en todo sentido, incluyendo nuestros padres.