Muy pocos ciudadanos saben a ciencia cierta qué es Río Indio y su significado para todos los panameños. Las protestas del Suntracs y de los maestros y profesores lo pusieron en la piqueta de las reclamaciones sociales, sin más explicaciones. Una bandera más para encender en las calles los reclamos ciudadanos por la nueva Ley del Seguro Social. Una irresponsabilidad de los dirigentes organizadores de las protestas, jugando con una solución indispensable para el agua que necesita el Canal y el agua que necesitan los panameños para beber en Panamá y Colón, los principales beneficiarios de las reservas de agua del famoso Río Indio.
No soy geólogo ni experto en asuntos del agua ni del Canal, pero como observador y atento a los problemas nacionales, sé que el Canal de Panamá existe y se maneja gracias al agua que acapara de los ríos y de las lluvias que caen sobre toda la franja canalera y esa mucha agua que cae o se desplaza hacia la ruta canalera, es la que permite que los barcos pueden transitar por el Canal para beneficio del mundo y de los panameños.
Los lagos artificiales de Gatún y Alajuela son reservorios de agua que se utilizan para el Canal y para beber desde la apertura del Canal para los habitantes gringos de la famosa “Zona del Canal” y también para los ciudadanos de Panamá y Colón, donde se construyeron los primeros acueductos modernos en Panamá. Hoy esas “áreas revertidas” y los desplazados interioranos y extranjeros que viven en esos cinturones, pasan de dos millones de habitantes y necesitan agua para beber y los negocios y las industrias también necesitan agua para existir.
Dice la ACP que pasan diariamente 36 barcos y hoy se necesita más agua que antes porque no eran muchos ni eran más grandes. De allí que la crisis existencial del Canal: es el agua. Para que el Canal Soberano genere mucho Chen Chen, vamos a necesitar agua, mucha agua.
Sin agua no hay Canal, sin Canal no hay República, ni prosperidad en Panamá. Así de sencilla es la cosa.
En hora buena el Ejecutivo panameño lo haya declarado de “interés público” y se inicie el necesario debate nacional, sin demagogia ni oportunismos.