• viernes 05 de septiembre de 2025 - 12:00 AM

Retroceso

El combate a la corrupción no debe verse como una simple consigna

Panamá ha retrocedido en muchos ámbitos durante los últimos años, no solo en lo económico sino también en el desarrollo humano. En la práctica pasamos de los elegios que nos situaban como el Dubái de las Américas y el país latinoamericano del pleno empleo, a una situación precaria en materia fiscal y con un alto nivel de desempleo.

Detrás de todas las cifras macroeconómicas que intentan matizar el panorama, existe una realidad distinta que desnuda el matiz de la informalidad laboral y de una deuda pública per cápita inmensa, que tendrán que pagar poco más de 4.5 millones de panameños con sus respectivos intereses incluidos.

Pero Panamá no llegó aquí por circunstancias casuales, ya que todo esto ha sido producto de la corrupción institucionalizada y por la desidia de los últimos gobernantes, que no tuvieron la voluntad de corregir las malformaciones institucionales sin alterar la corrida económica positiva que experimentaba el país, producto de un crecimiento económico impulsado por la ampliación del Canal y por otras coyunturas que favorecieron el buen momento del país durante la década pasada.

Hoy día la situación es otra, Panamá está más cercana a la realidad de Centroamérica, que a las de los países que han dado el salto de calidad para alcanzar el desarrollo.

La sociedad panameña en su conjunto debe plantearse con seriedad, la posibilidad de realizar cambios estructurales profundos dentro del engranaje estatal, que le permitan avanzar en función a objetivos concretos que permitan disminuir la desigualdad social, sin afectar el crecimiento de la económica del país.

El combate a la corrupción no debe verse como una simple consigna, sino como una batalla constante en contra de la pobreza y el desempleo, ya que la falta de oportunidades es el reflejo directo de todo el recurso que el Estado deja de invertir, para terminar en el bolsillo de un grupo inescrupuloso que se enriquece a costilla del resto de los ciudadanos.

Ya es hora de tomar conciencia y definir las prioridades.

Periodista