• sábado 08 de junio de 2024 - 12:00 AM

¿Qué hacer con el Parlacen?

Su origen, que se remonta a la reunión del Grupo de Contadora celebrada en Panamá en 1983, se justificó para que fuera el foro en el que los países centroamericanos concertaran políticas y acciones comunes de mutuo beneficio. Pero después de 40 años de existencia, es muy poco lo que puede acreditársele. Y como son, de lejos, mayores sus pasivos que sus activos, no son pocas las veces que se ha demandado su abolición.

Al Parlacen, hace varios años, dediqué un par de artículos, en los que, entre otros aspectos, comenté la anormalidad jurídica de que no tenga “cláusula de denuncia”, típica en todos los instrumentos similares, que permite a sus estados parte, mediante una notificación, hecha en los plazos que ellos señalan, dejar de serlo. Esa sola deficiencia impone su modificación, para incluir esa vía de escape que, como cabe recordar, fue ensayada infructuosamente por Panamá.

La inclusión de la “cláusula de denuncia”, aparte de corregir una deficiencia notoria, pondría a disposición de los estados parte un factor de presión, del que podrían valerse para provocar el debate en el que se debe revisar, desde la conveniencia de la existencia misma del Parlacen, hasta la posibilidad de reformarlo y convertirlo en una instancia útil.

Por no ser el Parlacen una asamblea permanente, que se reúne por cortos períodos específicos, Panamá podría optar por asignar su representación a una “Comisión del Parlacen”, integrada por diputados de la Asamblea Nacional, escogida al igual que sus otras comisiones. Esa fórmula corregiría otra de las deficiencias notorias del Parlacen, ya que sus decisiones no trascienden a los parlamentos nacionales que es donde debieran encontrar eco. Y no trascienden porque entre ellos no hay ninguna vinculación. Los diputados del Parlacen van por un lado y los parlamentos nacionales por otro. Si la representación nacional la ejerciera una “Comisión del Parlacen”, después de cada sesión tendría la obligación de rendir un informe al Pleno de la Asamblea Nacional, y por esa vía, se institucionalizaría un vínculo que ahora no existe.

El Parlacen pudiera ser un organismo útil, siempre y cuando que sus estados parte tomen, en una reunión de Jefes de Estado, la decisión de reformarlo sustancialmente. Panamá pudiera tomar la iniciativa para convocar a ese cónclave con una agenda concreta con propuesta como las siguientes: 1) la inclusión de la cláusula de denuncia, 2) la eliminar de las curules asignadas a ex presidentes y ex vice presidentes o que solo sean honorarias, 3) la discreción de los estados parte para escoger su representación, 4) la reducción de las curules a 10 por país y 5) el traslado de su sede a Panamá.

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