• viernes 18 de diciembre de 2015 - 12:00 AM

De Pandeportes, a MEDUCA

En este país deberíamos estar curados de espantos. Pero no es así. Cada acción que denota estupidez es superada por otra

En este país deberíamos estar curados de espantos. Pero no es así. Cada acción que denota estupidez es superada por otra.

Ya decía Albert Einstein que del universo no está tan seguro que sea infinito, pero de la estupidez si está seguro que es infinita.

La afrenta a los graduandos, a sus familias y amigos, al estudiantado en general y, en fin, a toda la nación, hecha por los responsables de la posposición de las ceremonias de graduación del pasado 15 de diciembre de 4 escuelas, es muestra de la infinita estupidez.

Que la programación de ceremonias de graduación para el 15 de diciembre, con meses de antelación, sea suspendida por Pandeportes el viernes 11 en la tarde y que eso no hubiera disparado una reacción inmediata y enérgica de MEDUCA es incompetencia por estulticia.

Y todavía peor, que el lunes 14, en horas de la tarde MEDUCA emita comunicado confirmando la suspensión, cuando lo que debió haber pasado el fin de semana era que, la flamante ministra, montara acciones para exigir que no se burlaran de los graduandos.

Pero ahí no termina la estupidez, porque en la mañana del 15 el viceministro y Director Nacional de Educación se contradicen en los medios; uno diciendo que no y otro que sí habría ceremonia.

A esa hora la leche ya estaba derramada y era imposible hacer las ceremonias a pesar de que, refieren algunos medios, el presidente ordenó que se hicieran.

Cuando escribo estas notas, la ministra nada ha dicho. El director de Pandeportes solo ha ofrecido disculpas superficiales.

Recuerdo lo que para mi significaban los días de graduación de mis hijos. Entiendo lo que deben estar padeciendo los estudiantes y familiares.

Por eso, lo único que queda para resarcir el daño moral a los graduandos y familiares es que, tanto el director de Pandeportes, como responsable principal y la ministra de Educación, como cómplice, deben renunciar si tienen un poco de vergüenza o, si no renuncian, ser destituidos por el presidente.

No hacerlo es burlarse, no solo de los graduandos, sino de todo el sistema educativo en general.

*Exprecandidato presidencial

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Recuerdo lo que para mí significaban los días de graduación de mis hijos. Entiendo lo que deben estar padeciendo...

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