• domingo 19 de julio de 2020 - 12:00 AM

Niñez: ¡Enorme laboratorio de aventuras!

Su mirada vale por mil, su sonrisa no tiene precio y su ingenio se multiplica al tiempo que crece el interés por hacer de su pequeño mundo

Su mirada vale por mil, su sonrisa no tiene precio y su ingenio se multiplica al tiempo que crece el interés por hacer de su pequeño mundo el laboratorio más grande de aventuras y de experiencias inolvidables, desde cualquier rincón del país donde se encuentre.

Así son nuestros angelitos que dan sentido a la vida y que hoy los tenemos más presentes por celebrarse el ‘Día del Niño y de la Niña' (establecido por Ley 56 del 15 de diciembre de 2004), en un período inédito de ‘cuarentena total' por incidencia de virus aún no controlado y que obliga a reflexiones importantes en el seno familiar.

Basta recordar que tienen derechos y deberes, que requieren orientación, acompañamiento, respeto y disciplina con amor y sentido de pertenencia. Es un período donde las preguntas son frecuentes, pues su ‘lógica' les dificulta satisfacer la demanda de juegos y acercamientos a grandes y chicos desde la perspectiva del ‘distanciamiento social'. De hecho, este lunes, muchos ‘retoman' un período académico intermitente y a distancia, con grado importante de dificultad y apuestas por superar la brecha ‘digital' y las desigualdades existentes. Nos cuesta pensar que hay muchos niños en condiciones vulnerables y que, desalmados, se valen de situaciones como esas para arrancarles su inocencia. Es reprochable e inadmisible.

Las denuncias deben efectuarse sin importar que tan cercano sea el agresor de la víctima. La justicia debe imperar. Nuestros niños, independientemente de la condición que presenten, deben crecer en ambientes sanos, donde nos esforcemos, en hacer de su ‘pequeño mundo' la base sólida para un futuro prometedor. Lo digo con conocimiento de causa. Las limitaciones experimentadas fueron sobrellevadas por nuestros padres con decisión y valentía.

Hoy, mi madre Vicenta Aizprúa, está de cumpleaños. La felicito y le agradezco por los desvelos, los cuidados y el amor que hoy se hacen extensivos a sus nietos José Nevil, Diloren e Ian, que como todos los niños de mi Panamá, merecen tener un excelente día, donde las risas, el cariño y las BENDICIONES sean sus mejores regalos.

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