- sábado 06 de junio de 2020 - 12:00 AM
¡La mejor noticia, pero . . . !
Los medios internacionales y nacionales de muchos países están difundiendo la buena noticia de que en el último trimestre de este año podría contarse con una de las vacunas, para prevenir el coronavirus, la que desarrollan la empresa farmacéutica inglesa, Astra-Zeneca y la universidad de Oxford. En un buen número de otros países se sigue trabajando, en una encomiable competencia para otras vacunas. Ideal fuera que todos esos esfuerzos los coronara el éxito.
Como es de esperar, los países que, sería el caso del Reino Unido, están financiando los esfuerzos de producir una vacuna lo más pronto posible, la distribuirán y aplicarán prioritariamente dentro de sus propias fronteras. En consecuencia, los de los denominados tercer y cuarto mundo, los menos desarrollados y más pobres, serán postergados para posteriores etapas, lo que tendrá el efecto directo de rezagarlos, aún más, en la vuelta al camino de la recuperación económica.
La pandemia universal ha puesto a prueba, como en ninguna otra época la solidaridad humanitaria, que ahora tiene la oportunidad y el reto de reivindicarse. Producir, distribuir y aplicar mundialmente la nueva vacuna será una tarea monumental que, para que pueda cumplirse con equidad, requerirá de un esfuerzo igualmente mundial, en el que la mayor parte de responsabilidad, por sus capacidades logísticas y económicas, deben asumirla las naciones más ricas y desarrolladas. Lo apropiado sería que la coordinación, tanto mundial como regional se le confiara a la Organización Mundial de la Salud y a sus organizaciones regionales como la Organización Panamericana de la Salud, en nuestro continente, pero dotándolas de los recursos económicos e incrementándoles sus posibilidades de llegar a las áreas más vulnerables.
Pero, en paralelo, los países que se disputan la hegemonía mundial deben abstenerse de servirse del remedio buscar réditos en términos de su influencia política y solo limitarse a asegurar que las vacunas lleguen hasta el último confín del mundo, GRATUITAMENTE.
ABOGADO