- viernes 13 de diciembre de 2024 - 12:00 AM
Preocupa que ya Uno no es el Otro y el Otro no es Uno
Parece un acertijo pero no lo es. Uno era el Otro y viceversa. Así ganaron la elección. Hoy todo indica que hay severas fricciones entre estos actores de la tragicomedia que vive Panamá.
La semana pasada, un ministro del presidente señaló que la línea de moverle el piso al proyecto 163 había salido de la embajada de Nicaragua y escuderos del asilado reaccionaron atacando al ministro.
El encuentro ha seguido. Ahora el canciller ha revelado que ha comunicado a Nicaragua la preocupación que existe por las actividades que se realizan y los mensajes que salen de la embajada, actividades y mensajes que no se ajustan a los alcances de la Convención de Asilo que prohíbe que los asilados practiquen acciones políticas que tengan injerencia en la política del Estado donde esté la embajada.
Traducción: el canciller le dice a Nicaragua que controlen al asilado.
Transcurridos 5 meses y medio el gobierno ha tolerado que el asilado interfiera en la política panameña lo que parece se acabó. Victoriano Lorenzo diría: la pelea es peleando. Y, si el asilado pega, el gobierno pega también.
Esta disputa no preocupa si los enfrentados no fueran una dupleta que se rompe. Uno tiene la fuerza política, ya demostrado con las acciones de los partidos RM y PRD en el tema de la Ley del Seguro Social, pero el otro tiene la fuerza real del gobierno con sus recursos del Estado. Esto puede llevarnos a situaciones de ingobernabilidad que no pagarán los enfrentados sino el pueblo llano.
Se evidencia que el tema del proyecto 163 no pasará o, por lo menos, no pasará pronto, como quiere el gobierno. Si la Asamblea actuara con sensatez, al margen de sus cálculos politiqueros (44 diputados son de estos), el debate concienzudo tardará más allá de febrero, desesperando al asilado que agitaría más las aguas.
Como dijo Julio César: “Alea iacta est” (la suerte está echada) cuando se rebeló contra el Senado romano.
Y como no hay grupo político organizado y sensato, sin ser pesimista, en el horizonte se perfila tormenta...