Globalización del crimen organizado

Así como la pandemia con su nefasto COVID 19 se expandió por todo el mundo en un abrir y cerrar de ojos, la peste mortal de la criminalidad está hincando sus garras con sus funestas consecuencias en América.

Tres incidentes lamentables han marcado los días recientes, siendo ellos, el magnicidio del presidente de Haití a manos de un comando armado desde Colombia con ramificaciones en los Estados Unidos, el ajusticiamiento del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, obra del crimen organizado, y más reciente el asesinato del ministro de ambiente en República Dominicana.

Y por si fuera poco, una persona trastornada por el síndrome del armamentismo que agobia a la sociedad norteamericana, ingreso a un colegio y ultimo a balazos a inocentes criaturas privándolas del sagrado derecho a la vida.¿Crisis de un sistema que se autodestruye a una velocidad asombrosa y no acepta relevo?

Que sirva de alerta este oscuro panorama a los panameños, porque, para mal o para bien, esto está ocurriendo en un entorno geográfico del cual somos parte.

Los factores causantes de tanta desdicha están a la vista: corrupción, narcotráfico, acumulación desmedida de riquezas de unos pocos, mientras la mayoría se ahoga en las aguas turbulentas de la pobreza, búsqueda de dinero fácil, sicariato como forma de lucro con la vida del prójimo y el derrumbe estrepitoso de un código de valores destruido por quienes se niegan a compartir un mundo del que, un dia, inevitablemente, nos iremos todos.

ESCRITOR