Sé feliz…brilla, y písale la cabeza a la serpiente!

La serpiente perseguía a la luciérnaga. Tras días de persecución y antes de desfallecer, la luciérnaga pidió a la serpiente que le permitiera hacerle tres preguntas. La serpiente, accedió. Preguntó la luciérnaga: 1- ¿pertenezco a tu cadena alimentaria? No, contestó la serpiente. 2- ¿Te hice algún mal? ¡No! 3- Entonces: ¿por qué me persigues y quieres devorar? ¡Porque me molesta verte brillar! Según la serpiente envenenada de envidia, la luciérnaga no era DIGNA de brillar. Y según las reglas de este mundo hay quienes son menospreciados -no son DIGNOS de brillar-, porque son ‘pobres', porque son ‘mansos' o porque reconocen que son ‘pobres de espíritu' -es decir, porque reconocen su necesidad de Dios-. Ellos sólo son DIGNOS de mofa ‘odios, insultos, discriminación y desprestigio por seguir a Cristo'; son fanáticos o ignorantes, -dicen algunos-. Pues, a esos ‘descalificados', Jesús los califica como: ‘BIENAVENTURADOS', es decir, ‘DIGNOS DE FELICIDAD', -según el texto griego original-. Entre los DIGNOS DE FELICIDAD, Jesús incluye a ‘los que lloran, los compasivos, los de corazón limpio, los que trabajan por la paz (y a los) oprimidos'. Si apareces entre los mencionados por Jesús, no te preocupes por lo que el mundo piensa de ti: ¡eres BIENAVENTURAD@…‘DIGN@ de felicidad'! Entonces, si eres DIGNO DE FELICIDAD: ¡sé feliz…brilla, y písale la cabeza a la serpiente! ¡Grande es tu valor y la FELICIDAD QUE MERECES! Disfrútalos, brilla, ¡BIENAVENTURAD@!

MATEO 5:3 ‘BIENAVENTURADOS…'