Entretén y reinarás 2.0

¿Cuándo podremos tener un descanso de los escándalos que tapizan el camino de por donde transitamos políticamente?

Haga memoria. Trate de recordar los escándalos de hace tres meses, los de hace dos meses. Ni de los escándalos de hace un mes nos recordamos. Un escándalo es encubierto por otro que sale como por arte de magia.

Asolearon a Meneses, presunto culpable del desgreño de los “auxilios económicos” del IFARHU. Dicho sea de paso, el presidente Mulino, en sus días iniciales hizo aspaviento de monja diciendo que eso era intolerable y que no solo los funcionarios de la entidad eran responsables de la lesión al patrimonio del Estado sino también los que recibieron los “auxilios” tramposos y que ellos debían devolver los fondos. Creo que uno solo ha devuelto y eran miles por millones de millones.

Ahora estamos con, Oliva, ex director de la AIG, por presunto peculado al manejar millones, con un “pobre” empresario que dirigía empresa que prestaba una plataforma para sangrar el erario en tiempos de pandemia. Se suma, una trama novelada, del ex director de Pandeportes, donde se involucra a una ex diputada y otro actor. Qué casualidad, también por manejos cuestionados por millones de balboas.

Ahora están las vistas presupuestarias que revelan truculencias viles de asignación de fondos públicos a favoritos funcionarios. Ya se olvida el aumento salarial de magistrados y su pretendido aumento de jubilaciones.

Dicen que regresa la bananera Chiquita gracias a gestiones del presidente. Gestión que no se hubiera necesitado si Mulino no se desentendía de haberse omitido en los días del paro para encontrar avenencias para que el conflicto no desembocara en los disturbios violentos que se dieron. Dejó que el caos reinara cuando debió negociar. Me pregunto si lo que quería Mulino era el caos para desarticular el movimiento sindical y étnico en Bocas, teniendo el camino abierto para imponer lo que pretenda porque también se desarticuló el movimiento gremial de educadores.

La tesis de que el gobierno esgrime la estrategia de “entretén y reinarás” cobra sentido. Hoy no hay nada organizado para enfrentar ninguna pretensión del presidente.