• domingo 16 de febrero de 2014 - 12:00 AM

Las encuestas van y vienen

En estos días, la intriga electoral está en las variadas encuestas que aparecen por todas partes, desde las ya conocidas por su trayecto...

En estos días, la intriga electoral está en las variadas encuestas que aparecen por todas partes, desde las ya conocidas por su trayectoria y las nuevas que aparecen con nuevas novedades, con porcentajes que suben y bajan y que tienen a la gente en una permanente zozobra, con respecto a cuál dice la verdad o cuál miente menos y todos los rumores y reservas que ellas mismas provocan.

Dicen los entendidos, que las encuestas marcan una foto del momento en que ellas se realizan y que la verdadera encuesta será la del 4 de mayo, cuando los votantes emitan su ‘voto soberano y libre’, que esperamos todos, que la manipulación publicitaria y la presión del Gobierno, en apoyo del candidato Mimito (dígase Ricardo Martinelli), no enturbien los resultados de esa última encuesta.

Y todas esas encuestas con sus números y sus interpretaciones no dejan de confundir a la población electoral, que no terminan de ver y escuchar una cuando la otra le cae encima, enredando el entendimiento, hasta de los más educados. Y la incertidumbre cubre una gran parte de ese panorama electoral, en especial entre los panameños, que queremos ver las cosas con la facilidad de distinguir el blanco del negro.

Bueno, en esta elección tan especial, el panameño —joven y viejo— tendrá que leer entre líneas y entre números y tendrá que ver y distinguir entre grises porque el panorama no será nada fácil.

Pensar, reflexionar y votar con el alma, con el corazón y con la razón. Un saco de arroz, unas hojas de zinc, un metro tren, varias carreteras a 4 vías, ‘120 a los 70’, las computadoras y las becas universales de los pelaos no nos pueden llevar a eternizar a la familia Martinelli en el poder. Esto que señalamos no lo intentaron ni los militares ni el PRD. Mireya y Martín lo pudieron hacer muerto Arnulfo Arias y Omar Torrijos y sin la maquinaria del Gobierno, pues ambos fueron candidatos de la oposición.

Las encuestas les seguirán quitando el sueño a muchos políticos y a muchos ciudadanos preocupados por la suerte de la República y de esta democracia que, con todos sus defectos, se concretó por una alianza entre enemigos, liberales y conservadores.

Pero esas encuestas no siempre dicen la verdad. El panameño, por una vieja cultura del miedo, de la precaución y de su propia seguridad, se mimetiza para protegerse. No dice la verdad, la dice a medias, cuando no dice la mentira completa, por una desconfianza, que nos viene de la colonia y de los comerciantes extranjeros y criollos, cuando se burlaban de las autoridades, disfrazando sus ganancias y sus negocios.

*EXEMBAJADOR DE PANAMÁ EN BRASIL Y NICARAGUA