El IVM es la “primera prioridad”

En la primera conferencia, el presidente había quedado a deber, pues no abordó el principal problema que afronta el país: la crisis de la seguridad social, y más específicamente, el eventual colapso del Sistema de Invalidez Vejez y Muerte que, por previsible a corto plazo, opaca cualesquiera otros y debe ser la prioridad de su administración. Oportuno, por tanto, fue que, en la segunda, haya ratificado que su solución, con medidas efectivas y permanentes, será la prioridad de su gobierno en lo que resta del año 2024.

En escritos anteriores he saludado como positiva la iniciativa de convocar a todas las dirigencias políticas, de los grupos de presión y, en general, a todas las partes que pudieran aportar, para consensuar “la fórmula salvadora”; pero también he señalado que no debemos esperar que quienes, apenas han pasado las elecciones, su principal preocupación sea lucubrar sobre cómo recuperar el poder perdido o hacer cálculos para aumentar futuras posibilidades electorales, se desprendan de tradicionales egoísmos para contribuir si, a cambio, no les rentará beneficios.

Siendo esa una realidad, distintiva de nuestra cultura política, creo que, en el primer encuentro, que debe ser preliminar, el presidente, aparte de reiterarles la invitación a aportar, también recabe su cooperación, para establecer plazos, razonablemente cortos, para que los convocados evidencien si en ellos hay la disposición de ser partes activas, desinteresadas y objetivas para construir los consensos sin los cuales no habrá éxito posible.

Para que, como ha dicho el presidente, la misión de salvar la Caja del Seguro Social sea la prioridad de su gobierno en los meses que restan del año y para que pueda haber soluciones antes del 2025, con realismo, pero con urgencia, debe establecerse un riguroso cronograma para las etapas que deben cumplirse: a) la convocatoria presidencial b) el acopio de los insumos básicos para el diagnóstico actualizado del estado de la institución y del programa de Invalidez, Vejez y Muerte c) el análisis objetivo de la medidas necesarias d) la toma de las decisiones específicas y e) su concreción mediante las reformas de la Ley Orgánica de la Caja del Seguro Social.

Cada una de esas etapas, debe ser ampliamente divulgada y explicada. Su comprensión y asimilación por todos los que penden de su superación, es lo que puede asegurar el éxito del proceso, pero, sobre todo, de los resultados.