• martes 22 de abril de 2025 - 12:00 AM

El final del sueño panameño

En nuestra democracia “tropical, es muy normal que los gobiernos no cumplan con las promesas prometidas. La defensa de la soberanía pesa sobre los gobernantes, así que cuando Trump le puso los ojos al Canal por el peligro que representaba para USA la presencia asiática en la zona, que de nuestro gobierno esperábamos una postura valiente, y no la absoluta complacencia oficial exhibida.

“A balazo” se suscribieron una serie de “acuerdos” que legitiman la presencia de tropas gringas en el país, a pesar que al Estado panameño le corresponde en exclusiva, preservar la integridad del territorio nacional. Se desconocen la justificación gubernamental de esos “entendimientos”, que aunque pudieran resultar “convenientes” al gobierno de turno, la ciudadanía ya viene expresando su rechazo. El ñpaís

Con la construcción del Canal, se hizo notoria la injerencia directa de los gringos en la naciente República. Por décadas, esta condición jurídico política fue motivo de vergüenza nacional, trauma social que superamos con los tratados Torrijos-Carter, que reconocieron nuestra soberanía total, reconocían la neutralidad del Canal, y los ingresos provenientes de la actividad de tránsito ingresaría a las arcas estatales.

A partir de ese momento, el país se proyectaba en el mundo mostrando una economía fuerte, a un paso de construir el Panamá soñado, ese de que brindaría mejorar la clidad de vida de los panameños. Pero, de un plumazo retrocedimos a la condición de país “quasi soberano”, y ¿tanto nadamos para morir ahogados en la orilla?.

La neutralidad pactada con USA sobre el Canal, nos obliga a mantenernos distantes de las tensiones globales. Para los enemigos de USA, el Canal y el territorio nacional serán objetivos militares, en momentos en que países del área se proponen arrebatarnos el negocio transístmico. Para reducir el impacto de esa delicada controversia, los países “pequeños” debemos fortalecer nuestras, pero esos “acuerdos” generan dudas sobre nuestra imparcialidad, entre naciones que ayer hicieron propia nuestras reivindicaciones patrióticas.

Es incompresible que una dictadura recuperó el Canal, y que lo comenzáramos a perder en democracia. Y así repentinamente, el sueño panameño de vivir en una patria libre y soberana llegó a su fin, para dar inicio a la pesadilla de las nuevas relaciones con USA.