¿Quién recuerda lo que pasó en el mes de enero de 2019? Por acá tenemos las imágenes frescas de un Panamá distinto… acogedor… espiritual. Fuimos el hogar de miles de peregrinos que llegaron a nuestro territorio para participar del encuentro con el papa Francisco.
En esa época la ciudadanía se transformó, al extremo que en medio del tumulto a alguien se le perdió el celular. ¿Quién iba a pensar que en ese Panamá de años anteriores alguien devolvería el aparato de comunicación? Para aquellos escépticos les cuento que en poco tiempo el celular fue encontrado y devuelto a su dueña… Si mi memoria no me falla la propietaria era una peregrina de Guatemala. Ese es el Panamá al que aspiro, una nación con sanidad espiritual y con ciudadanos ejemplares. Lo fuimos semanas antes, durante y después de la Jornada Mundial de la Juventud.
Hoy la ebullición y el reencuentro de los valores espirituales se vive en Portugal. Hay palabras en el diccionario que son cortas, intangibles, pero tienen un poder extraordinario. Menciono dos… ¡fe y amor! La fe es el conjunto de creencias de personas que forman parte de una religión. También es el acto de creer en alguien, sea por la cercanía, la profesión o alguna gobernanza. Cuando hacemos o esperamos con fe el milagro puede salir a escena más rápido de lo esperado. Dicen que solo con tener fe al médico encontraremos el primer paso hacia la cura.
Según las investigaciones la palabra fe se repite en casi 80 versículos de la Biblia. Copio algunos que para mí son más impactantes… “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” Hebreos 11:1. “Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.” Santiago. 1:6. “Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?” Juan 11:25-26.
La fe es un acto de creencia y eso lo vivió con intensidad Panamá durante el mes de enero de 2019. Hoy, un grupo de panameños se encuentra en Portugal. Son jóvenes que realizaron varias actividades para buscar el financiamiento que les permitiera costearse el viaje. Vale la pena apoyar estas causas que solo tienen ese denominador común… fe en Cristo Jesús y amor por ese ser que vino a sacrificarse por nosotros. Y es que estas dos palabras las repetía El Maestro en sus muchas lecciones. A pesar de la distancia, la jornada que está a punto de iniciar de forma oficial, me ha llevado a los episodios vividos. En ese enero de 2019 nadie sospechaba que en pocos meses la humanidad se iba a hundir en una de las peores catástrofes… la pandemia. De seguro que los ahorros de fe y amor sirvieron para sortear mejor los tiempos interminables de encierros y los lamentos de muchos. En Portugal la jornada oficial será del 1 al 6 de agosto próximos, aunque previo a esa fecha se dan cualquier cantidad de eventos en iglesias y diócesis. Allá se repitió el mismo fenómeno que en Panamá. Miles de peregrinos fueron acogidos en las casas como una forma de ayudarlos. La mayoría son personas de escasos recursos que van en busca de la fe y el amor de Cristo Jesús. Es una forma de retratar ese pasado donde El Maestro y los seguidores eran los peregrinos que iban de casa en casa a predicar la Palabra.
¿Quién es el creador de estas jornadas? Después del éxito de las dos reuniones de jóvenes en Roma en 1984 y 1985, el papa polaco Karol Wojtyla creó oficialmente en 1986 la JMJ que combina iniciativas descentralizadas y grandes encuentros masivos. Roma, capital de Italia fue el escenario del primer encuentro. Después le tocó el turno a Buenos Aires (1987), Santiago de Compostela (España, 1989), Czestochowa (Polonia, 1991), Denver (Estados Unidos, 1993), Manila (Filipinas, 1995), París (Francia, 1997), Roma (Italia, 2000), Toronto (Canadá, 2002), Colonia (Alemania, 2005), Sídney (Australia, 2008), Madrid (España, 2011), Río de Janeiro (Brasil 2013), Cracovia (Polonia 2016) y Panamá en 2019. Las ediciones con una mayor afluencia fueron Manila (5 millones), Río (3,7 millones) y Cracovia (3 millones). Espero que estas letras sirvan para que cada uno haga remembranzas de esos tiempos idos donde el panameño se cambió de chip… De ese cerebro criticón, amante de pensamientos malos, pasamos a una etapa espiritual muy interesante.
¿Por qué no podemos tener ese estado de ánimo positivo donde reviven el amor y la fe? ¡Vamos, es el momento de la inspiración… repitamos, de forma permanente lo que fuimos durante el mes de enero de 2019! ¡Abrazos y feliz Día del Señor!
