• domingo 21 de julio de 2024 - 2:07 PM

Diálogo entre dos autos

Los vehículos esperaban turno para su revisión. Se atenderían en orden de llegada, así que el primero sería un iejo “cacharpón”. Esto encolerizó al descapotable, y masculló; ¿no respetan las jerarquías? El bólido siguió disparándole improperios al cochecito, que sabiendo lo destartalado que estaba, no podía perder energías discutiendo.

El trasto no tenía radio ni aire acondicionado, y para colmo lo usaban como taxi; quisiera conocer al dueño, y al v aliente que se montaría en esa lata, decía la gran nave. De seguro que paga coimas para que no lo saquen de circulación. Eb la desesperación sacó el cobre y dijo: ¡No se dan cuenta que sirvo a importantes personalidades, y no debo permanecer fuera de servicio por mucho tiempo!

El carro pequeño rompió su silencio, tosió fuerte y con un pedazo de trapo se limpió un hilillo de aceite, y en tono pausado le dijo: No tengo prisa, si quieres te cedo mi turno. Son pocas las carreras que hacemos al día, que el dueño se alegrará si ocurre un milagro y me prolongan la vida.

Para nada...lo último que quisiera sería deberte un favor. Ya verás que cuando mi patrona llegue, pondrá en su lugar al mecánico, por no tenerle a tiempo su coche favorito. Mañana irá al gimnasio, y de compras al “mall” en la tarde.

El ambiente se pondría tenso con las palabras del viejo carro. De seguro que no quisiera estar en tus llantas, para no escuchar los gritos de tu dueña, molesta porque te quedarás un día más en el taller. Pero descuida, ella no hará problemas....ella rápidamente te reemplazará , pues con una llamadita conseguirá que le asignen otra unidad. Dicen que dispone de una flota vehicular tan grande, que podría contar con un carro “de paquete” durante todo un mes.

No sé en qué terminaría esa discusión. Y aclaramos, que este cuento es pura ficción, y que nada tiene que ver con la bola que por ahí circula, de que el Corregidor y el policía del pueblo fueron sorprendidos usando las “bicicletas panga” con placa oficial en actividades ajenas a sus funciones... en horas de labores.

No sé en qué terminaría esa discusión. Y aclaramos, que este cuento es pura ficción.
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