En los últimos años hay una preocupante tendencia que ha surgido entre muchos padres en Panamá y es que empiezan a desalentar a sus hijos de cursar estudios universitarios bajo el argumento de que, de todas formas, no van a ejercer de lo que estudiaron. Este tipo de mentalidad representa un obstáculo significativo en la lucha contra la pobreza y el desarrollo del país.
Existen numerosos estudios que demuestran que las personas con educación universitaria tienen mayores oportunidades de empleo y mejores ingresos a lo largo de su vida.
Sin duda alguna, la percepción de que la universidad no garantiza un empleo inmediato ha quedado de forma impregnada en algunos sectores de la población, desmotivando a los jóvenes a continuar su formación académica.
Dentro de los principales problemas no solo es la falta de oportunidades, sino la falta de preparación para enfrentarlas y es que Panamá debe apostar por una educación integral que incluya tanto la formación técnica como la académica, promoviendo la cultura del emprendimiento y la innovación.
Es importante que los padres y la sociedad en general comprendan que la mayor arma contra la pobreza no es la resignación, sino el conocimiento.
