Hoy volví a presenciar el grado de impaciencia que nos aqueja a los panameños: un busito colegial estaba recogiendo a un niño frente a su edificio y el carro de detrás empezó a pitar y pitar. Eran las 6:30 de la mañana, el estudiante ya estaba subiendo al bus y el ruido es innecesario así que le dije a la joven, que parecía venir del gimnasio o de comprar el desayuno, que se calmara y que dejara de hacer tanto ruido; como era de esperarse bajó el vidrio y además de insultarme me dijo que ese busito no debía pararse en media calle bla bla bla y siguió justificándose mientras entraba al mismo edificio donde el bus acababa de recoger a un estudiante de primaria. Ella se justificó; perdió 3 minutos pero al niño, al chófer, el seguridad de su propio edificio, los otros niños que esperaban sus colegiales, a los vecinos que estaban en el balcón, a mí y a mis perritas nos alteró innecesariamente.
En otros países los colegiales son respetados por los ciudadanos. Hay leyes de tránsito que prohíben pasarse a un bus colegial cuando está detenido. Algunos hasta tienen unas barreras que bajan para impedir que un carro siga de largo y atropelle a un niño. También hay maniobras como parar el bus en diagonal para que los estudiantes bajen protegidos. Hay un colegial que hace eso frente a mi edificio y la mayoría de las veces se forma una pitadera con insultos. Que mala forma de llegar a la escuela y de comenzar el día.
¿Por qué somos tan egoístas y desconsiderados? ¿Por qué no pensamos en la seguridad de los niños?
La sociedad, sea la nuestra o la del mundo, parece ser que cada día está peor: nos carcome el individualismo. Solo nos interesa lo nuestro, lo que nos afecta directamente. Solo buscamos nuestra satisfacción y ya ...los demás que vean cómo resuelven.