- lunes 09 de septiembre de 2024 - 12:22 PM
Aquel 7 de septiembre
Cuando entramos en la Universidad de Panamá en los años de 1970, nos enfrentamos a Rómulo Escobar Bethancour, un fogoso ex dirigente estudiantil de los tiempos del Frente Patriótico y del Remonato, convertido en Rector de la Universidad de Panamá por mandato de Omar Torrijos Herrera.
Con Rómulo como rector universitario, se trató de convertir a la Universidad de Panamá en un frente de batalla contra el “imperialismo y la oligarquía criolla” para afianzar la campaña del Gobierno de Omar Torrijos en las negociaciones de los Tratados del Canal de Panamá. Torrijos contó con el apoyo de la derecha y la izquierda panameña, lo mismo que con la derecha y la izquierda de toda la América Latina, entre ellos Fidel Castro.
El 7 de septiembre Torrijos fue a la OEA a firmar los tratados canaleros que nadie conocía. Sorprendidos los amigos del Gobierno Torrijista y los adversarios del mismo, quedamos turulatos, sin saber qué hacer. El Gobierno manejado por los militares eran los dueños del poder y controlaban la vida del país. No había partidos políticos, ni prensa libre, el país estaba acuartelado y una legión de opositores de derecha y de izquierda en el exilio.
Un espacio de rebeldía existía, con permiso de la Dictadura, en la Universidad de Panamá con las Rectorías de Rómulo y de su sucesor, Eligio Salas, un dirigente estudiantil de los años de 1964. Con Eligio nos enfrentamos a buscar un espacio político que permitiera debatir los tratados democráticamente, en especial, luego de la represión el 7 de septiembre cuando el Centro de Estudiantes de Derecho (CED) de la Facultad de Derecho convocó a repudiar los tratados impuestos, aquel 7 de septiembre con la represión de la Guardia Nacional con 50 detenidos.
Miguel Vanegas, Jorge Flores y el que escribe esta columna, acudimos donde el Rector Eligio Salas, el mismo día, condenamos la represión, exigimos la libertad de los detenidos y solicitamos un diálogo abierto con el dueño del país, Omar Torrijos Herrera. El 14 de septiembre Torrijos nos invitó a conversar y logramos iniciar un debate democrático que empapó al país con las energías nacionalistas y opositoras de la juventud universitaria que contagió al pueblo panameño. Nació el VERANILLO DEMOCRÁTICO. Todavía queda algo de memoria histórica.