• martes 14 de octubre de 2025 - 12:00 AM

“Ahí viene Colón... ¡A correr!”

Para evaluar los beneficios y/o desventajas que la llegada de los españoles trajo a nuestros “pueblos originarios”, solo habría que mirar la condición de marginalidad y extrema pobreza en la que siguen sometidos a lo largo de los siglos.

Para contrastar la narrativa que intenta convencernos de los afortunado que nos resultó “ese encuentro”, habría que imaginarse la preocupación con la que recibieron nuestros indios recibieron a sus benefactores. Imagínate el desespero reinante en la tripulación de la Santa María, pues cuando De Triana gritó ¡tierra a la vista!, quedó a salvo el pellejo de Colón.

Nos imaginamos ver que en la playa, la tribu disfrutaba despreocupada de otro día de pesca, caza y cosecha abundantes, de tierras que competían con el Edén en su bellezas y fertilidad. Así que al divisar a la flotilla de la muerte acercarse, sintieron que nada bueno traían esos “malvenidos” visitantes. La reacción inmediata fue de terror. ¡Allá viene Colón, huyan a las montañas por sus vidas.!

De lo poco que recordamos del relato oficial, se nos insinúa que los “descubridores” les trataron con respecto, y nos compartieron sin condiciones toda la tecnología que disponían. Por supuesto que es puro cuento, ya que a la fuerza les despojaron de toda nuestra cultura ancestral; les diezmaron con las plagas, enfermedades y masacres provocadas, y les despojaron de sus tierras y recursos naturales. ¿Sabes que les tomó mucho tiempo reconocer que ellos eran hijos de dios, y que también tenían alma?

La cultura del “cara pálida” les resta valor a sus luchas por su libertad, porque sólo les mira como “una bola de borrachos y vagos”. Y con la aparición de los Estados nacionales, su tragedia siguió su ciclo de crueldad institucionalizada. La atención estatal se les regatea, pues para las élites económicos son recursos desperdiciados.

El 12 de octubre no hay nada que celebrar, porque la fecha marca el inicio del exterminio de millones “de indios” y el despojo y la explotación sistemática de sus riquezas. Y ante esta mi preocupación, el terrateniente y el político hoy me preguntarían sorprendidos: ¿Cuál es la alharaca por un poco de cholos “pati raja´os”?